DECLARACIONES
«Ser de la Real es más que ser blanco y azul»
Al término del partido, fue el entrenador, Martín Lasarte, uno de los que mejor supo transmitir sus sensaciones al exterior. Tras sus emotivos recuerdos a sus padres y a su ex compañero Musti Mujika, destacó que la clave del ascenso estuvo en la unidad conseguida en todos los estamentos del club.
Jon ORMAZABAL
Sin duda, Martín Lasarte ha sido una de las patas importantes de este ascenso a Primera de la Real y ayer supo trasladar como nadie la clave de este éxito. Nada más terminar el partido, el uruguayo declaró ante los micros una frase que seguro quedará grabada en la mente de muchos. «Ser de la Real es mucho más que ser blanquiazul. Es este espíritu, esta unidad, este sentimiento...No pierdan nunca esta unidad porque con ella se lograrán grandes cosas».
Ya en sala de prensa le recordaron una de sus primeras frases de cuando se hizo cargo del primer equipo, «sé tú mismo» y entiende que la Real ha vuelto a ser ella misma y que ése ha sido uno de los factores del éxito de esta temporada. «La Real tiene muchas cosas, es mucho más que un equipo, que un color, uno lo ve y lo palpa, lo de hoy ha sido increíble. En la medida que esa masa de gente, esa energía, vaya detrás de, en este caso un equipo de fútbol, es muy difícil que a ese equipo le roben las cosas. Podrá no ser el mejor, pero esa unión le da una fuerza especial», agregó.
En este sentido, agradeció el apoyo recibido por parte de la afición. «En estos dos últimos partidos, lo digo porque lo siento así, más allá de que el equipo haya jugado mejor o peor gran parte del triunfo lo tuvo la gente, nunca desfalleció, siempre se entregó, persiguió lo que queríamos todos y tiene una gran parte de responsabilidad».
Emotiva dedicatoria
El técnico uruguayo también aprovechó la oportunidad para realizar una emotiva dedicatoria del éxito obtenido con la Real. Como no podía ser de otra forma, el primer recuerdo fue para su ama y su aita -nacido en Andoain-, luego se lo brindó a Fabián Moreno «nieto de donostiarras que trabajó conmigo y falleció muy joven. Esto hubiera sido para él lo más bonito de su vida y no ha tenido la oportunidad de disfrutarlo». Por último, el recuerdo más especial fue para otro realista de pro, el zumarratarra Juan Mari Musti Mujika, fallecido en 2004 y con el que compartió el vestuario del Deportivo de A Coruña. «Me quiero acordar también de Musti Mujika, del cual fui compañero y sobre todo amigo, pasé momentos buenos, uno igualito a éste además y sé que desde algún lado de donde esté lo está celebrando».
«Página de oro»
Poco después de brindar por el ascenso con una copa de champán, el presidente realista Jokin Aperribay coincidió con Martín Lasarte a la hora de valorar la unidad como la principal clave del ascenso. «El día del centenario, en una parte de mi discurso dije que gran parte de los éxitos de la Real están relacionadas con las personas, personas que en general habían sido de mucho compromiso, entrega y que sabían lo que era la unidad que es lo que han transmitido a este equipo. Dije también que este equipo tenía oportunidad de escribir la primera página brillante del segundo centenario y creo que me quedé corto porque es el equipo y la afición los que la han escrito. Todo el conjunto, que hemos estado muy unidos es el éxito», señaló.
Aunque dijo que el trabajo previo ya está realizado, en lo que no quiso profundizar fue en la pregunta «¿Y ahora qué? «. «Ahora a disfrutar durante dos días, que desde hace año y medio van a a ser los primeros dos días sin presión. Luego pensaremos».
Sobre lo que no quedó ninguna duda fue sobre la continuidad de Martín Lasarte, que tiene contrato para el año que viene. «El entrenador hubiese continuado aunque hubiésemos seguido en segunda, es un grandísimo entrenador, una gran persona de muchísimo sentido común y muy comprometida con la Real y sus objetivos».
En cuanto a los jugadores, el capitán de la Real, Mikel Aranburu, reconoció que lo de ayer sirvió para cicatrizar las heridas sufridas hace tres años y empleó todas sus palabras en agradecer el apoyo que había recibido de la afición. «Desde que nos hemos acercado al estadio ha sido impresionante, ni siquiera cuando quedamos segundos en la Liga había visto nada igual. El fútbol da muchas alegrías y penas y es momento de celebrarlo».
Uno de los más expresivos fue el portero Eñaut Zubikarai, que explicó que la txapela que se caló nada más terminar el partido fue un homenaje a su aitaita, realista confeso recientemente fallecido. «En lo personal ha sido un año complicado y agradezco todo el apoyo que he recibido de la familia y los amigos. También envío un abrazo muy grande al aita -preso político vasco- y a todos los que están con él», apuntó.