Los bancos que operan en el Estado español lograron un beneficio neto conjunto de 3.887,8 millones de euros en el primer trimestre de 2010, un 4,1% menos que un año antes, pero este descenso se debe en gran parte al esfuerzo realizado en saneamientos y provisiones, a lo que destinaron 4.860 millones, el 17,5% más.

Así lo explicó ayer el secretario general de la Asociación Española de Banca (AEB), Pedro Pablo Villasante, que pidió al Gobierno que adopte lo antes posible las medidas estructurales necesarias para que aumente la competitividad de la economía española, una frase tras la que suele encontrarse el abaratamiento del despido y el recorte de pensiones.

A su juicio, pese a la clara mejoría experimentada por las economías occidentales, «aún persisten dudas sobre la intensidad de la recuperación, que en España está siendo más lenta que en otros países, lo que se une a la situación de extrema tensión» que viven los mercados financieros. Pese a todos estos problemas, los bancos españoles continúan en beneficios «con buena rentabilidad» y sin haber recibido ayudas públicas, presumió, al tiempo que aseguraba que el sector puede seguir dotando provisiones al mismo ritmo, aunque no lo ve necesario. Los créditos a la clientela se mantuvieron con un ligerísimo incremento del 0,1%, hasta alcanzar los 1,34 billones, con una tasa de morosidad del 4,18%, frente al 2,95% de un año antes.

El ritmo de crecimiento de la mora ya no es tan fuerte y además los vencidos están disminuyendo bastante, destacó. Los depósitos de la clientela crecieron el 8,7% y llegaron a sumar algo más de un billón de euros, en reflejo de la creciente tendencia al ahorro derivada de la crisis.