Mientras los Manolos hacen sonar sus bombos a modo de brújula para encontrar una salida al laberinto en el que se encuentran algunas de las empresas de comunicación, explota un nuevo episodio de la enquistada guerra del fútbol. Aprovechando la actual inflación futbolera, Sogecable avisa a Mediapro que no le piensa pagar los noventa millones de euros por los derechos de los partidos de la temporada próxima, ésta última pide amparo judicial a base de presentar un concurso de acreedores que es como se llama ahora la suspensión de pagos, y nos metemos en el meollo básico del Mundial con un «cacao maravillao´ en nuestro mando a distancia.

Porque insistiremos hasta aburrir, el fútbol es lo único que en estos momentos concita audiencias suficientes para mantener un nivel de rentabilidad recomendable, pero en esta ocasión, las emisiones en abierto son por Cuatro y Tele 5, las dos formando grupo, siendo la última la que ofrece los partidos de la Roja, en una situación tan paradójica como que el titular de deportes de Tele 5, J.J. Santos, ha fichado a Paco González, un expulsado (o auto-expulsado) de la Ser, para retransmitir los partidos, formando la pareja que más falla en sus apreciaciones, que menos objetividad transmiten y que son considerados por casi todos como gafes. Junto a otros comentaristas hacen un programa diario en la cadena Siete, que es de lo peor que se ofrece al respecto en todas las cadenas actuales.

Pero en Cuatro, con los partidos de las ocho y media, el mejor horario están logrando unas audiencias superiores a lo esperado, compartiendo equipos de locución con los de Canal + que se ha guardado los derechos para el pago, asunto que si la guerra anteriormente citada sigue en estos términos, no poseerá cuando empiece la Liga, con lo que este canal sin fútbol, no es nada, absolutamente nada. Es decir estamos ante un ataque frontal que dejará caídos y que provocará variaciones sustanciales en el mapa audiovisual, porque una vez acabado el Mundial, con el verano, se supone, en pleno auge, vendrán unos meses terroríficos de reajustes, despidos, fichajes, cambios y recambios. Y nosotros permaneceremos atentos a los acontecimientos.