Las intensas lluvias, especialmente violentas en algunos momentos, han provocado inundaciones que han dejado al menos 20 muertos entre el martes y ayer en Occitania, además de doce desaparecidos, cientos de damnificados y graves daños, según el balance oficial.

En la ciudad de Draguignan, de 40.000 habitantes, al menos diez personas fallecieron y el agua alcanzó un nivel de dos metros en algunos puntos. «Cayeron 300 milímetros cúbicos en apenas unas horas», dijo la responsable de la Prefectura del departamento de Var, Corinne Orzechowski, quien añadió que se trata de una cantidad «enorme». «Esta mañana hemos encontrado el centro de la ciudad destrozado, restos de automóviles dañados dispersos por las calles y muchas infraestructuras afectadas», agregó.

Cerca de 1.200 personas que huían de las fuertes precipitaciones tuvieron que ser realojadas en albergues y refugios.

«Fenómeno excepcional»

Según Météo-France, la agencia meteorológica del Estado francés, lo que está sucediendo es fruto de «un fenómeno de carácter excepcional», que no se había visto a nivel local desde el año 1827.

En todo el departamento, un total de 200.000 hogares se quedaron sin electricidad cuando el temporal estaba en su punto álgido, mientras que 100.000 de ellos seguían a la tarde de ayer sin suministro eléctrico en sus casas.

Además, medio millar de presos de la prisión de Draguignan fueron evacuados ayer, según el director del centro, Jean-Amédée Lathoud. Entre ellos estaba el preso político donostiarra Jose Campo. Sus allegados confirmaron a GARA el traslado, aunque precisaron que no tuvieron la oportunidad de contactar con él.

Las lluvias también afectaron al transporte ferroviario y obligaron a interrumpir por completo el trayecto entre Niza y Tolón. Un portavoz de la compañía SNCF afirmó que el servicio no sería restablecido hasta hoy.

La superficie rocosa de la región la hace más susceptible a las inundaciones.