GARA > Idatzia > Mundua

La crisis en Kirguistán podría desestabilizar a su vecino Uzbekistán

La crisis en Kirguistán podría desestabilizar a su vecino Uzbekistán, donde la llegada de decenas de miles de refugiados ha agravado la ya complicada situación política y económica. Mientras, la tragedia humanitaria amenazaba ayer con convertirse en una catástrofe, según la ONU.
p021_f01_199x116.jpg

AFP |

La crisis que vive Kirguistán, considerado el país más pobre de Asia Central, corre el riesgo de extenderse a su vecino Uzbekistán e incluso afectar a Kazajistán, convirtiéndose en un conflicto generalizado en la región, según analistas citados por AFP.

Por el momento, su presidente, Islam Karimov, es bien visto por Occidente, explica Daniil Kislov, redactor jefe de la agencia on-line Fergana.ru. Acusado de autoritarismo por sus detractores, abrió la frontera para acoger a unos 100.000 uzbekos de Kirguistán. Pero la llegada de refugiados, que según algunas fuentes podrían ser 400.000, «puede hacer explotar la situación en el valle de Ferghana, ya superpoblado», indica Kislov. «No pueden volver a sus casas, que han sido destruidas y necesitan enormes cantidades de ayuda: es una verdadera catástrofe humanitaria», agrega.

Karimov debe «estar muy atento a la evolución de la situación en su país», señala Fiodor Lukianov, redactor jefe de la revista «Rusia en la política mundial». En cualquier caso, Karimov utilizará la situación para «reforzar aún más su régimen», asegura Kislov.

Pero la crisis puede agravarse si el Gobierno uzbeko decide intervenir en Kirguistán. La crisis «provocará sin duda una desestabilización en Uzbekistán si la población exige a su Gobierno que ayude a sus hermanos étnicos más allá de la frontera», dice Svante Cornell, del Instituto del Asia Central y del Cáucaso, con sede en Estocolmo.

El papel de Rusia

Muchos expertos temen una propagación del conflicto en la región, que formó parte de la URSS hasta hace veinte años, y se refieren al papel que podría jugar Rusia. «Si los rebeldes avanzan hacia el norte de Kirguistán, la crisis afectará a Kazajistán, al norte de Uzbekistán, y se desatará un conflicto generalizado en Asia Central», sostiene Kislov. Y Moscú podría aprovechar esa situación para establecerse en sus antiguos aliados como garante de su seguridad, opina Cornell, que augura, sin embargo, que «Uzbekistán se opondrá duramente a toda intervención militar rusa».

El conflicto es especialmente peligroso para Uzbekistán, ya que puede tener una connotación religiosa en este país de mayoría musulmana, advierten también los expertos, ya que «existe una catástrofe humanitaria y el islamismo radical, fuerte en la región, se puede beneficiar de la situación y levantar la cabeza», apunta Alexei Malashenko. Ya lo están haciendo en Kirguistán ante la incapacidad de las autoridades, dice Kislov.

Pero en Uzbekistán, cuyo presidente ha mantenido una lucha implacable contra el islamismo radical, los grupos organizados son prácticamente inexistentes. Así, otro analista considera que «el riesgo de una islamización del conflicto es exagerada en Uzbekistán, pese a que su proximidad con Afganistán aumenta el riesgo de una intensificación de los contactos con los talibán y los extremistas de Pakistán».

Riesgo de catástrofe

Mientras tanto, la crisis humanitaria provocada por la violencia interétnica en el sur de Kirguistán amenazaba ayer con convertirse en una «catástrofe», a pesar de que los refugiados uzbekos comenzaron ayer a recibir ayuda internacional.

Miles de uzbekos de Kirguistán permanecían junto a la frontera con Uzbekistán, que ha restringido el acceso a su territorio. Cientos de ellos, la mayoría mujeres y niños, fueron agrupados en torno al puente que une ambos países, cerrado con grandes bloques de cemento y alambre de espino, en el pueblo de Verkesem, a cinco kilómetros de Osh, donde estalló la ola de violencia.

Según el balance oficial, la violencia ha causado ya al menos 187 muertos y casi 2.000 heridos, aunque no se descarta que el número de víctimas mortales sea muy superior. El Comité Internacional de Cruz Roja, por su parte, informó de que un total de 275.000 personas han sido desplazadas y 100.000 -el 90%, mujeres, ancianos y niños- se han refugiado en Uzbekistán.

ayuda

Los primeros aviones fletados por la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) con ayuda humanitaria llegaron ayer a Anijan (este de Uzbekistán) y al sur de Kirguistán con tiendas de campaña, mantas, alimentos, ropa y medicamentos.

Bakiyev

Autoridades y analistas insistieron en que el factor étnico no es el único responsable de la ola de violencia. Bishkek acusó de nuevo al derrocado Bakiyev y a sus seguidores de recurrir a «mercenarios y provocadores» para «organizar un conflicto étnico a gran escala».

Imprimatu 
Gehitu artikuloa: Delicious Zabaldu
Igo