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IBILIZ IBILI JUAN MARI FELIÚ

La ruta de las Golondrinas

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Izaba ha sido desde hace siglos la última parada antes de partir en busca del llamado «otro lado», por los altos puertos de Arrakogoiti, Eraize o Hernaz. Se hacía por un camino de vieja tradición que evitaba los vericuetos del río Ezka y los posibles controles fronterizos. Este camino que ha recuperado el nombre de la «Ruta de las golondrinas» fue transitado en tiempos aciagos por fugitivos, contrabandistas o por el mismo maquis. Mientras ocurrían estos pasos sigilosos, otros, con motivos más prosaicos y de forma «legal» como los pastores, ganaderos, arrieros y peregrinos remontaban el caudaloso río Ezka hasta los llanos del valle de Belagoa.

Cuando los hombres iban a las Bardenas con su ganado a pasar el invierno, las «golondrinas», aquellas mujeres vestidas de negro, cruzaban el Pirineo roncalés antes de la llegada de las primeras nieves para trabajar en las fábricas de alpargatas de Maule, en Zuberoa. No regresaban hasta la primavera por el collado de Arrakogoti aún nevado. Para rememorar y poner en valor la gesta de aquellas mujeres de su retorno tras el invierno por las laderas blancas de Lakora, aquella hilera de puntos negros sobre un lecho nevado de primavera de lo que ha venido en llamarse las golondrinas, haremos parte del recorrido del cordal, el ultimo tramo de un camino con angostos pasos, densos bosques y pendientes herbosas. La senda escondida de los fugitivos, los contrabandistas y el maquis, hoy está felizmente recuperada para actividades más lúdicas.

El recorrido completo tiene dos tramos: Izaba-Armotoa-Mintxatxurria-Asolaze y Asolaze-Larrondoa-Yeguaceros. La propuesta es hacer la segunda, la más bonita y espectacular.

La excursión arranca en el desvío del carretil que lleva al cercano camping de Asolaze Un rondino con señal de PR nos llevará a un pequeño prado y de éste a un amplio camino que se interna en la espesura de un bosque combinado de pinos royo y hayas hasta salir, tras un tramo de fuerte pendiente, en un prado con vistas sobre el largo lomo de Txamantxoia y las rocosas cumbres de Anzotiello y la Gorreta. Finalmente saldremos al pequeño collado de Mintxatxurria. Pequeño raso donde un rondino indica la bajada a Mintxate. De aquí nuestros pasos han de dirigirse hacia la derecha (rondino y estaquilla), bajo la penumbra de un bosque que irá perdiendo presencia hasta salir a los rasos de Ekialterrea, con su cumbre cubierta de un penacho de pinos (1.322 m.).

Al paso dejaremos en una hoyada la borda de Cuartillo. La senda la bordea sobre la vertiente de Mintxate para continuar por el amplio lomo desprendido de Larrondoa. La vista se abre hacia las montañas de Mintxate, Belagoa y Zuriza. Sin dejar de perder las señales se alcanza una loma desprendida de la cota meridional de Larrondoa, cubierta de un bosque de hayas, donde hay una majada pastoril. Desde aquí los rondinos invitan a subir por la ladera herbosa hasta encontrar el momento en que el itinerario inicia el flanqueo por la montaña, pasando junto a varios bosquetes hasta bordear definitivamente Larrondoa. Una vez entrados en contacto con el lindero superior del bosque, la senda queda más visible.

En suave subida daremos con un resalte rocoso, con un mojón de piedras, donde arranca la senda que lleva en 10 minutos a la amplia cima de Larrondo (1.703 m.). Desde la cumbre se tiene la mejor de las vistas de la excursión, desde las montañas de Irati hasta la Val de Echo. Belagoa, toda una belleza en miniatura. Recuperada la senda, el itinerario pierde altura por fuerte pendiente, donde la senda queda deshilachada por el ganado, se alcanza el collado de Lapatia (1534 m.). Terminal de una pista proveniente de Mintxate una balsa artificial para el ganado. La senda continúa cercanos al lindero del hayedo, por terreno casi llano y con la vista puesta en la pirámide rocosa de la Keleta hasta ponernos bajo ella, en un resalte donde hay una banda de protección para los esquiadores de travesía.

En este paso característico habremos abandonado el contacto con el hayedo para seguir el culebreo de la senda por lomas herbosas antes de descender definitivamente al barranco de Binbalet, donde señales y mojones de piedras nos conducirán al otro lado de la regata entre grandes rocas desprendidas de la Kartxela. Situados en las inclinadas laderas de Binbalet, la senda inicia una continuada subida para una vez pasado una zona de pinares sueltos salir a la loma del amplio collado de Arrakogoiti, donde las señales del PR se hermanan con el GR 12. (1.416 m.). Bonita vista sobre la cubeta superior de la garganta de Kakueta. Desde aquí, lo que resta del itinerario se convierte en un placentero paseo, por terreno suave y herboso. Tras abandonar las señales del GR que mantienen la altura, en búsqueda del refugio Ángel Oloron, estaremos ante la borda de Yeguaceros, junto la carretera de Izaba (1.380 m.).

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