Discrepancias que no rechazan la reforma laboral
La convalidación del decreto-ley de reforma del mercado laboral fue aprobada ayer en el Congreso de los Diputados español con menos apuros que el plan de ajuste hace cuatro semanas, el cual salió adelante por un solo voto y gracias a la abstención de CiU, CC y UPN. Ayer las fuerzas de derecha no llegaron a poner en peligro una reforma que, como aquel plan de ajuste, es demandada por líderes internacionales como Obama o Angela Merkel. Y, si bien decidieron mantener la escenificación de la discrepancia u oposición al Gobierno de Zapatero, ayer dejaron claro que no cuestionan la reforma laboral hasta el punto de rechazarla.
Ayer los grupos parlamentarios del Congreso español clarificaron sus posiciones. Una cosa es torpedear al Gobierno y otra cosa «jugar con las cosas serias», como es la política económica neoliberal en la que, en lo fundamental, coinciden con aquél. Por eso se decantaron por lo que ya hiciera CiU en la votación del plan de recortes del pasado mes apelando a la «responsabilidad». Claro que esa responsabilidad no responde a la lógica de los trabajadores y sectores más desprotegidos, pero sí a la de partidos como los que ayer se abstuvieron por estar de acuerdo con el recorte de derechos laborales que supone el apoyo dado en la práctica a esa reforma.