Grupo A Uruguay y México, clasificadas
Sudáfrica roza la hazaña hundiendo en la miseria más todavía a Francia
Los dos conjuntos americanos no especularon con la posibilidad del empate, al menos al principio de su choque, pero tras el gol del francés Malouda se dejaron llevar por el 0-1 final, después de que los mexicanos tuvieron pendiente de un hilo su pase para octavos.
FRANCIA 1 SUDÁFRICA 2
MÉXICO 0 URUGUAY 1
Natxo MATXIN
Sudáfrica acarició con los dedos un pase que hubiera desatado la euforia en un país al que le cuesta muy poco echarse a la calle para festejar cualquier logro, seguramente como reacción a su reciente historia trágica. Los de Parreira sólo despertaron de un sueño que parecía inalcanzable cuando Malouda anotó el gol de la honra -por llamarlo de alguna manera- de los «bleus» en el minuto 70.
Hasta ese momento, los «bafana bafana» metieron el miedo en el cuerpo a México, que perdía 0-1 ante Uruguay, y humillaron más todavía a los de Domenech, quienes volvieron a hacer el ridículo una vez más, lo que provocó que la prensa les atizara por enésima jornada. «L´Equipe» tituló «Viaje al fondo del infierno» nada más finalizar el choque. Todo queda dicho.
Porque durante un buen rato los anfitriones estuvieron en un tris de conseguir su mayor logro futbolístico. Un gol suyo -hubiera sido el tercero- sumado a otra diana de Uruguay -la segunda- habría permitido que los sudafricanos alcanzasen los octavos por su mejor coeficiente anotador.
Pero el milagro no se produjo. Entre otras cosas porque, si bien «charrúas» y «tricolores» salieron con la mente puesta en no cruzarse en el camino de Argentina y dispuestos a rebatir suspicacias, su choque fue decayendo en intensidad a medida que fue avanzando. Con el gol de Suárez, Uruguay demostró quién tenía los galones de elegir rival en la siguiente fase y México, después de verle las orejas al lobo, se fue conformando con su suerte, que les liga a los «albicelestes» este domingo.
Los del «Vasco» Aguirre, al menos, han cumplido con sus expectativas y confiarán en darle un susto a la Argentina de Messi, no así Francia, que se fue de Sudáfrica de manera maleducada. Su técnico, Raymond Domenech, se negó a darle la mano a su homólogo en el otro banquillo, el carioca Carlos Alberto Parreira. Claro que el ya ex preparador «blue» tuvo que aguantar cómo en la previa incluso se le borraron del partido parte de sus hombres, caso de Abidal.
Algunas informaciones han apuntado que el germen de toda la polémica que ha acompañado a la selección gala durante su estancia en Sudáfrica parece haber estado en la batalla de un buen número de jugadores -casi todos ellos nacidos en suburbios de París- por evitar que Gourcouff, uno de los futbolistas más en forma en la Ligue1, estuviera en el once inicial. El origen acomodado del centrocampista del Girondins de Burdeos y sus costumbres han sido, al parecer, el detonante.
En el otro lado de la balanza, la dominadora de este grupo, Uruguay, ha ido in crescendo a medida que avanzaba el torneo y tendrá un cruce más que asequible ante Corea del Sur. Por lo visto hasta ahora, los de Tabárez incluso no tendrían mayores enemigos para llegar hasta semifinales y rememorar los éxitos de una selección intratable en los años treinta y cincuenta.