EL DIARIO VASCO Santiago de Pablo 2010/6/19
¿La primera víctima de ETA?
(...) El 27 de junio de 1960, una bomba colocada en la estación donostiarra de Amara hirió a la niña de 22 meses Begoña Urroz, que falleció al día siguiente. (...)
Durante más de 30 años nadie vinculó este asesinato con ETA. En 1992 el vicario de la diócesis de San Sebastián, José Antonio Pagola, citó en su libro `Una ética para la paz' la posibilidad de que Urroz fuera la primera víctima de ETA. Preguntado recientemente por su fuente, ha explicado que a él se «lo contó una catequista (...) vecina de la familia Urroz» y que por eso «yo decía que `parece ser', es decir, que no lo daba por seguro porque no tenía más datos». (...)
Además, seguía faltando alguna confirmación de esta versión por parte de ETA. El libro `Vidas rotas' (2010) cree verla en la cronología relativa a la banda que la policía encontró en 1992 en el ordenador de su dirigente José Luis Álvarez Santacristina, `Txelis'. En 1994, dos publicaciones ligadas a la izquierda abertzale (el `Anuario Egin' y el libro `Euskal Herria y la libertad') incluyeron una cronología semejante, que también mencionaba el asesinato, lo que parecía confirmar la versión de Lluch. Sin embargo, un análisis de estas tres cronologías -que parten de la misma fuente, pues arrastran incluso erratas- demuestra su nula fiabilidad: incluyen otros acontecimientos que no tienen nada que ver con ETA; fechan erróneamente el atentado en diciembre de 1959 y no se dice que fuera obra de ETA, pues la acción no se atribuye a nadie. Además, el libro de 1994 contiene, junto a la cronología, una narración que niega explícitamente que ese atentado, que ahora sí sitúa en junio de 1960, sea obra de ETA.
En resumen, no existe ninguna fuente fiable que permita asegurar, ni siquiera como hipótesis bien fundada, que ETA asesinó a Begoña Urroz, mientras que algunas publicaciones sobre el DRIL parecen confirmar su autoría. (...)
Por supuesto, si en el futuro aparecen documentos que prueben la autoría de ETA, seré el primero en rectificar, pero el mejor homenaje a Begoña y a su familia es tratar de conocer la verdad. (...)