CRÓNICA Lekuz leku 2010
Cuerpos incomparables transforman espacios pasivos con sus danzas
Lekuz Leku convierte el espacio colindante a la Ría de Bilbao en Abandoibarra entre dos edificios que enmarcan un territorio urbano dedicado a la cultura y el ocio, en el escenario que acoge a las grandísimas piezas breves de coreógrafos de medio mundo, ante la mirada atenta de cientos de espectadores.
Carlos GIL
La primera propuesta de esta edición planteaba un acto de apariencia muy simple: asistir desde el punto cero a la confección de un traje creado con materiales ordinarios que después se convertiría en el vestuario utilizado por Davide Francesca en su performance dilatada en el tiempo, «Le Passant Considérable», un proyecto que se viene celebrando en diferentes lugares del mundo. Esta primera acción, grabada en vídeo, coloca a los espectadores en la trastienda, en la parte más mecánica de una creación, que al día siguiente, el performer, ataviado con el traje, realizó una travesía a pie por todo el recorrido dando vida a un extraño personaje, «La sposa di carta» («La novia de papel»), lo que nos coloca ante un experimento muy sugestivo.
Otra dimensión
El canario Daniel Abreu ofreció junto a Anuska Alonso, la coreografía «White», que transmite calma, sosiego, encuentro entre dos personas, dos cuerpos, en busca de un espacio común compartido, no peleado, no conquistado sino puesto en solidaridad el uno al otro. Podríamos entenderlo como un bello trabajo sobre el amor, la amistad, pero siempre desde la conciencia de la relación no solamente consentida, sino que irremediablemente creada en el flujo de energías entre los dos cuerpos en una armonía que es casi astral.