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Vecinos de Oñati, Andoain y Errotxapea exigen la verdad sobre las muertes de la foz

Veinte años no han bastado para que los vecinos de Oñati y Andoain olviden a Susana Arregi y Jon Lizarralde. Y más aún cuando sigue sin saberse qué ocurrió en la foz de Irunberri, adonde regresaron ayer.
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GARA | IRUÑEA

Esta semana se han cumplido dos décadas de los sucesos de la foz de Irunberri, que desembocaron en las muertes nunca esclarecidas de los militantes de ETA Jon Lizarralde y Susana Arregi después de que el guardia civil José Luis Hervás muriera en un tiroteo con el comando. El aniversario no ha pasado desapercibido para los vecinos de Oñati -localidad de Arregi-, de Andoain -de Lizarralde-, ni tampoco de Errotxapea, el barrio de Iruñea del que es natural Germán Rubenach, herido gravemente en los hechos y que sigue en prisión.

Cerca de 150 personas acudieron ayer a la foz para recordar a los fallecidos y, sobre todo, exigir la verdad. Un vecino de Errotxapea que intervino en nombre del movimiento pro-amnistía incidió en que las muertes de 1990 siguen siendo un hecho de plena actualidad toda vez que el conflicto sigue abierto y dado que, además, nunca se ha sabido qué ocurrió. La propia Audiencia Nacional desmontó en 1995 la versión oficial que situaba las dos muertes como un suicidio cometido con la colaboración de Rubenach. Desde entonces ha imperado un silencio absoluto.

Tras bailarse un aurresku, escucharse una jota ribera y entregarse una placa a las familias de los fallecidos, en este sencillo acto se pudo escuchar un mensaje enviado desde la cárcel por Germán Rubenach, en el que remarcaba que sigue teniendo muy presentes a sus compañeros fallecidos.

Una comida popular celebrada en Iruñea dio continuidad a esta jornada de recuerdo, marcada por el compromiso de seguir denunciando aquellos hechos hasta que se esclarezca la verdad pendiente.

SIN VERSIÓN

Los intervinientes recordaron que la versión oficial del suicidio fue desmentida por la propia Audiencia Nacional, que Lizarralde pudo morir ahogado y que Arregi tenía dos balazos en la cabeza.

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