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«Pasé de querer estar en el podio de la RAAM a querer terminar»

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Julián SANZ

CICLISTA DE ULTRAFONDO

Ha logrado terminar su segunda Race Across America (RAAM), en su tercera participación en esta travesía que se inicia en Oceanside (California) y termina en Annapolis (Maryland). Un recorrido de 4.832 kilómetros de oeste a este para una prueba extrema. De los 30 participantes en la categoría de «solo» se retiraron veinte. El corredor de Ugao fue décimo y último, y se siente complacido por terminar.

Miren SÁENZ

Sólo unas horas después de alcanzar la meta, tras 11 días, 5 horas y 4 minutos viviendo literalmente sobre una bicicleta a una velocidad media de 22 km/h, el propio Julián Sanz condujo el coche camino de Washington. Con los termómetros registrando 35 grados, antes de tomar el vuelo Nueva York-Bilbo, vivía el último capítulo de su experiencia en la 29 edición de la Race Across America (RAAM), la travesía de costa a costa de Estados Unidos considerada el evento deportivo más duro del mundo.

Después de semejante paliza, ¿tenía ganas de conducir?

Sí, no hay problema. Teníamos que devolver el coche de apoyo.

¿Cómo se encuentra?

Bien. Mejor que hace dos años.

Ésta ha sido su tercera participación. En 2008 fue octavo y el año pasado tuvo que retirarse por problemas de estómago. ¿A qué le sabe el décimo puesto?

Estoy muy satisfecho. Creo que he mejorado mucho con respecto a mi primera participación. En mantener el ritmo, en hacer menos paradas y con menos molestias. He sido constante.

¿A qué atribuye la mejoría ?

A la posición en la bicicleta, más recogida, y a la alimentación . Hemos cambiado el plan. Comida normal, preparada por una buena cocinera: fruta variada, verdura, pollo, arroz con leche, trigo sarraceno... En base a esto cada día.

¿Cuánto ha adelgazado?

De 3 a 5 kilos -normalmente pesa 74 kilos y mide 1,76-. Bueno, algún pastel y esas cosas también comes. El recorrido es largo.

Ha tardado 11 días y aspiraba a hacerlo en 9 días y medio o como mucho en 10 y medio e incluso pensó en el podio.

Ha sido muy dura, ha habido un gran número de abandonos, de 30 se han retirado 20. La verdad es que el recorrido se complicó. El último día, cuando ya llevas 4.200 kilómetros encima, se subían cinco puertos de montaña de primera categoría. Los corredores tuvimos que invertir más tiempo. A mitad de carrera se complicó un poco todo, así que pasé de querer estar ahí arriba a querer terminar. Después se fueron los del podio y al menos pude mantener el ritmo a partir del cuarto clasificado.

El esloveno Jure Robic obtuvo su quinto triunfo -con un tiempo de 9 días, 1 hora y 1 minuto-, seguido del austriaco Gerhard Gulewicz. ¿Qué tienen ellos?

Son profesionales y llevan muchos años sólo dedicándose a esto. El esfuerzo que necesitas para organizar, competir y prepararte, porque quieres hacerlo bien, si además trabajas -como es su caso-, es distinto.

¿Qué se lleva el ganador?

La organización no aporta premios en métálico. Aquí se basa todo en los patrocinadores. Supongo que quedar el primero en la Race Across America es importante para seguir con esto.

¿Cúanto cuesta en dinero?

45.000 euros.

¿Y en esfuerzo físico?

Mucho. Aquí hay que organizarlo todo. Esto no es como jugar en el Madrid. Aquí los preparativos y el esfuerzo son grandes.

¿Cómo lo celebraron?

La RAAM termina en un puerto parecido al de Getxo y según llegamos todo el equipo nos tiramos al agua. -En la imagen está Sanz empapado con algunos de los miembros de su equipo-. El día después hay una cena con la organización.

¿Qué tal el ambiente en la meta?

Según la hora. Tú no puedes preveer ese momento. Nosotros llegamos de día, a eso de las ocho de la tarde y había bastante gente. Pero el montaje de la RAAM es un show.

¿Es la prueba deportiva más extrema del mundo o sólo del ciclismo?

Está catalogada como la más dura del mundo de larga distancia. Aquí, el problema es la incidencia del sueño. Se duerme como mucho dos horas al día. Además, el recorrido es muy exigente. Aunque sepas la ruta de antemano, no te haces a la idea de lo que es en realidad.

22 horas en activo y dos de sueño, ¿cómo se sobrevive?

Lo importante es elegir el momento. A veces, con la tensión, no consigo relajarme y eso es lo que tengo que pulir un poco más porque no llego ni a las dos horas. Cierro los ojos y veo las rayas de la carretera.

¿Ha sufrido algún susto a lo largo del recorrido?

He tenido bastante lío con las serpientes porque salían por los arcenes y también con los perros, que se tiraban a la bici.

Un equipo de diez personas, integrado por un médico, dos fisioterapeutas, un cocinero, un mecánico, un encargado de prensa y varios conductores le ha acompañado día y noche.

Eso ha sido lo mejor. Si no tienes este apoyo es imposible. Es un trabajo compartido.

¿Quién le ha felicitado?

La familia, los amigos, los patrocinadores, el Ayuntamiento de Ugao, desde el Facebook...

¿Y ahora?

A descansar, se necesita un mes para volver a la normalidad.

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