EEUU anuncia el desmantelamiento de una red de espionaje ruso
Menos de una semana después de que Obama y su homólogo ruso, Medvedev, degustaran en comandita las «delicias» de una hamburguesería en las inmediaciones de la Casa Blanca, el FBI ha anunciado haber desmantelado una red de espionaje ruso tras la detención de once personas. El Kremlin guardaba silencio oficial pero el Ministerio ruso de Exteriores calificó de infundadas las acusaciones y puso el acento precisamente en su «oportunidad».GARA |
Un total de once personas han sido detenidas en una redada contra una supuesta red de espionaje ruso en EEUU.
El operativo, que sería la culminación de diez años de investigación del FBI, arrancó el domingo con el arresto de diez personas en Boston, Nueva York, Nueva Jersey y Virginia. Otra persona más fue detenida ayer en Chipre y quedó en libertad bajo fianza en espera del proceso de extradición.
Todas ellas han sido acusadas de espionaje y nueve afrontan además cargos por blanqueo de dinero. Podrían ser condenadas a 25 años de prisión.
Según la acusación, fueron entrenados por el servicio secreto exterior ruso (SVR) para «sumergirse en la sociedad con el objetivo de obtener información y llegar a infiltrarse en los círculos políticos americanos».
Los sospechosos utilizaban identidades falsas de ciudadanos vivos o fallecidos (de EEUU, Canadá y Perú) y hacían una vida totalmente normal. Siguiendo la acusación, operaban en parejas y en algunos casos se hacían pasar por parejas, incluso con hijos.
El FBI, que habría logrado en sus investigaciones introducirse clandestinamente en apartamentos ocupados por los espías en Nueva York, Boston y Seattle, habría descubierto un arsenal de medios de comunicación utilizados por el grupo, como una técnica de codificación de datos en fotos colgadas luego en webs, radios de ondas cortas para contactar con Moscú en claves similares al morse y circuitos de internet cerrados. También habrían interceptado intercambios de sacos repletos de dinero procedente, siempre supuestamente, de las arcas rusas.
«Loro», «gato» o «granjero»
Los objetivos con los que esa red de espionaje se habrían puesto en contacto abarcaría, siempre bajo seudónimos, a un ex consejero de un parlamentario y a un alto responsable financiero de Nueva York. Fuentes de la investigación respondieron con evasivas a la pregunta de si habrían logrado transmitir información valiosa.
Desde Jerusalén, el ministro ruso de Exteriores, Sergei Lavrov, se aferró al tono genérico de las acusaciones para exigir explicaciones a Washington e ironizó sobre el momento elegido, unos días después de la visita a EEUU del presidente ruso, Dimitri Medvedev. «El momento ha sido elegido con una elegancia peculiar», señaló. El Ministerio ruso de Exteriores fue más allá y no dudó en calificar las acciones estadounidenses como «infundadas y malintencionadas» y acusaba al Departamento de Justicia de EEUU «de hacer declaraciones públicas en el espíritu de las `historias de espías' de los tiempos de la Guerra Fría».
Tanto el SVR como el Kremlin guardaban silencio. Si Dimitri Anatolevitch (Medvedev) juzga necesario decir algo, el único comentario será el suyo», señaló la oficina presidencial rusa. Ayer mismo el primer ministro, Vladimir Putin, iba recibir al ex presidente de EEUU Bill Clinton.
El Servicio de Información Exterior (SVR, por sus siglas en ruso) es el sucesor de la mítica Primera dirección general del KGB, el servicio de espionaje soviético a cuyas órdenes trabajó Vladimir Putin.
Tras la caída de la URSS, las actividades del KGB fueron confiadas a dos instituciones separadas, el SVR y el FSB (Servicio Federal de Seguridad), este último encargado de las labores de inteligencia y contraespionaje en suelo de la Federación rusa.
El primer servicio soviético de inteligencia en el extranjero, fundado en 1920, fue el Departamento Internacional del NKVD, el Comisariado del Pueblo para Asuntos Interiores.
La organización cambió regularmente de acrónimo en la era soviética. En 1954 pasó a conocerse como Primera dirección general del KGB, nombre que conservará desde entonces hasta el fin de la URSS.
El SVR asegura en su web que sus actividades han evolucionado desde entonces y que ya no sigue la política global de la Guerra Fría que consistía en instalar en todos los países donde se encontraban agentes occidentales. Trabaja actualmente «allá donde Rusia tiene intereses auténticos y no imaginarios».
El presidente ruso nombra al director del SVR, que actúa bajo sus órdenes. El cargo está actualmente ocupado por Mija Fradkov, antiguo primer ministro.
Según un informe del Ministerio de Interior alemán, el SVR cuenta con 13.000 efectivos y seguiría activo en Alemania, con agentes operando bajo cobertura de pasaportes diplomáticos o carnés de prensa. GARA