Dos millones de madrileños, usuarios del metro, se vieron obligados ayer a buscar vías alternativas de transporte ante la decisión de los sindicatos convocantes de una huelga de incumplir los servicios mínimos decretados por el Gobierno autonómico.

Los 7.500 trabajadores del metro están llamados a un paro de tres días, que comenzó el lunes, para protestar por la decisión de la Comunidad de Madrid de extender a empleados de empresas públicas la medidas del Gobierno español de recortar un 5% el salario a los funcionarios.

Si el lunes los trabajadores cumplieron los servicios mínimos, el 50% de los trenes, ayer se negaron a hacerlo, en una decisión adoptada en asamblea. El resultado fue que no circuló ningún tren.