Anza, un caso que no debe caer en el olvido
La Liga de los Derechos Humanos (LDH) francesa denunció ayer que en el caso de la desaparición de Jon Anza y en la posterior aparición en una morgue de Toulouse de su cuerpo sin vida ni los servicios policiales ni las instituciones judiciales franceses han funcionado correctamente. El presidente de esta prestigiosa organización, Jean-Pierre Dubois, que compareció ante la prensa junto a familiares y abogados de Anza y representantes del movimiento pro amnistía vasco, no dudó en afirmar que es precisamente en los casos que tienen relación con Euskal Herria o Corsica en los que «aparentemente la justicia nunca logra funcionar correctamente».
La ineficacia mostrada hasta la fecha por la judicatura francesa para esclarecer la desaparición de Anza y el cúmulo de irregularidades asociado a la aparición de su cuerpo, resumido en una versión oficial totalmente insostenible que sin embargo sigue siendo la única que ha dado hasta el momento el Estado francés, han llevado a los abogados de la familia a reclamar de nuevo una investigación a fondo. También responsabilidades, que comienzan con la de la fiscal que llevó el caso durante los más de once meses que Anza estuvo desaparecido, Anne Kayannakis, y que alcanzan a la titular del Ministerio de Justicia francés, Michele Alliot-Marie. De hecho, los familiares de Anza han enviado una carta a Alliot-Marie para pedirle que inicie una investigación interna en el Juzgado de Baiona sobre la sucesión de negligencias sin explicación, especialmente graves en el caso de la Fiscalía.
La semana pasada se cumplían veinte años de los hechos de la Foz de Lumbier, en los que los militantes de ETA Susana Arregi y Jon Lizarralde resultaron muertos y su compañero Germán Rubenach gravemente herido en circunstancias aún sin aclarar. En este aniversario sus familiares recordaban el recurso de los poderes públicos a versiones oficiales inverosímiles, la multitud de casos similares aún sin resolver y el desprecio que han sufrido durante este tiempo. Su recuerdo y su compromiso con la verdad son necesarios para poder hacer justicia.