Alvaro Reizabal Abogado
Brotes verdes, alarma roja
Cuando escribo, es día de resaca de la huelga general convocada por la mayoría sindical vasca y que, por lo que pude ver, tuvo una más que notable incidencia. Como es habitual en el día después de este tipo de protestas, las cifras de participación que manejan los convocantes y las que difunden las patronales o el gobierno no tienen nada que ver. Son dos puntos de vista tan dispares que parece que estuvieran hablando de realidades distintas. Sabido es que el ojo del amo engorda el caballo o que todo el mundo trata de arrimar el ascua a su sardina, pero datos tan diametralmente opuestos exceden con mucho del razonable margen de error y sitúan la cuestión en el campo de la manipulación informativa. Y en el caso que nos ocupa, pienso que la tergiversación procede fundamentalmente de quienes se oponían a la convocatoria.
He oído, por ejemplo, que el Gobierno autónomo relativizaba la influencia del paro diciendo que el consumo de energía había descendido en torno al 25% en Bizkaia y Gipuzkoa y algo menos del 10% en Araba. Supongo que la noticia se refiere sólo a la energía eléctrica, pero dicho así, fríamente, no permite hacerse idea de si eso es mucho o poco o qué porcentaje del total del consumo es atribuible a la industria. Pero lo cierto es que los grupos de poder económicos y los gobiernos tienen a su disposición y controlan tan gran parte de los medios de comunicación que su capacidad de manipulación de la opinión pública es infinitamente mayor que la de los habituales convocantes de protestas.
La misma incidencia del paro puede aparecer en los medios como escasa y consecuencia de la actuación coercitiva de violentos piquetes o como una respuesta masiva y espontánea por parte de una abrumadora mayoría de la sociedad. Piénsese, si no, qué habrían dicho esos mismos medios si la convocatoria hubiera sido de las que suelen proceder de las instituciones con lemas como por la paz o -simplificadamente- contra ETA. Se trata del conocido truco del habitual millón de asistentes a las adhesiones al Caudillo de la Plaza de Oriente, en la que no cabían ni la décima parte. La objetividad informativa por encima de todo.
Al fin aparecen en el firmamento los tan esperados brotes verdes. El Consejo General del Poder Judicial acaba de publicar que por primera vez desde el inicio de la crisis aumentan las demandas de separación y divorcio, dato que se interpreta como esperanzador si se llega a confirmar esta tendencia, porque, como el ladrillo o la venta de coches, constituye un dato revelador de la salida del túnel, ya que durante la crisis no se separa ni dios, que es un lujo muy caro.
Y del brote verde a la alarma roja, porque la «Roja», tras atragantarse con los bollos suizos, se merendó al resto de rivales y está en octavos. El riesgo de tener que pagar la prima de 100 kilos a cada uno de sus gladiadores aumenta peligrosamente, salvo que mañana sábado los guaraníes remedien tan arduo problema. Sería guay. Del Paraguay.