El dossier Anza está repleto de numerosas omisiones y fallos inexplicables. ¿Cree que ha habido una intencionalidad para ocultar lo ocurrido?

Es difícil afirmarlo. Lo que es evidente es que no se puede considerar todo los ocurrido únicamente como fallos de funcionamiento. La acumulación de errores hace que, sobre este caso y sobre la gestión del mismo antes de la aparición del cuerpo, pesen dudas más que razonables. Efectivamente deja la puerta abierta a todas las hipótesis.

A la vista de la cantidad de elementos oscuros ¿Considera que podría tratarse de un asunto de estado?

Desde luego, alguien tendrá que dar explicaciones. No estamos hablando de la desaparición de una persona cualquiera sino de un militante de ETA con todo el pasado histórico que puede haber en las relaciones de las autoridades españolas y francesas respecto a esa organización. Lo que está claro es que todos estos supuestos errores enturbian de manera muy importante el caso.

Se ha hablado de la investigación de la fiscalía de Baiona y, ahora de la que lleva la juez de Toulouse. Sin embargo, nada ha trascendido sobre la que lleva la fiscalía «antiterrorista» de París. ¿Tienen ustedes o la juez medios para conocer esos datos?

No sabemos si ha pasado algo a ese nivel. No tenemos ningún medio de saberlo. Es Kayanakis quien nos dice que existe esa investigación. Por eso exigimos la transparencia más completa.

Después de constatar que la fiscal Kayanakis no hizo su trabajo como debido, ¿cree que la juez Myriam Viargues llegará al fondo del asunto?

Por el momento no tenemos ninguna razón de desconfiar. Hemos podido acceder al sumario, podemos solicitar la realización de determinadas actuaciones judiciales y es una persona con la que podemos hablar. Por ahora no tenemos nada que objetar a su trabajo de instrucción. Eso era, precisamente, lo que pedíamos, que hubiese una instrucción judicial. Las cosas se están haciendo a un ritmo normal y esperamos que se llegue a la verdad.

¿Tiene una idea aproximada de cuánto puede durar la investigación?

No. Puede durar meses, incluso años. Sobre todo en casos como éste en el que no hay una acusación concreta contra nadie.

¿Por qué aun no se ha entregado el cuerpo a la familia?

No lo hemos reclamado. Necesitábamos que permaneciese allí para realizar el máximo de pruebas complementarias. Ya sé que es difícil para la familia porque recuperar el cuerpo es un paso importante para abordar el duelo. También somos conscientes de la impaciencia que hay en el País Vasco y esperamos que, en breve, el cuerpo pueda ser repatriado.

¿Cree que algún día se sabrá la verdad sobre lo sucedido?

Eso espero. Desde luego en ello estamos y haremos todo lo posible para que se sepa.