El proceso de venta del Banco Guipuzcoano al Banco Sabadell está generando un proceso de incertidumbre entre sus empleados. LAB afirmó ayer que en este proceso de reestructuración bancaria se debe primar «el compromiso para garantizar el empleo» y opinó que las cajas vascas que son accionistas del Guipuzcoano como BBK y Kutxa, que entre ambas rondan el 25%, deben presionar para que en este proceso no se haga a costa de los trabajadores del banco.

En una nota de LAB difundida en el Banco Guipuzcoano, se recuerda que el anterior presidente, José María Aguirre González, siempre «nos decía que `este banco no se va a vender, y menos a cambio de papelitos. Si alguien quiere comprarlo deberá hacerlo en efectivo, con dinero encima de la mesa'». Sin embargo, el proceso abierto constata que realmente sí se vende y, además, «por unos poco papelitos» (acciones). «Parece -señala la central abertzale- que han exprimido la vaca hasta la extenuación y ahora no da más de sí y se deshacen de ella». Por eso, reclama al presidente del banco que «no le dé la espalda a los trabajadores, que le han dado grandes satisfacciones en el plano humano y en el profesional, y mueva todos los hilos para que la plantilla de esta empresa no se sienta defraudada y abandonada».

La sección sindical de LAB señala que el principal objetivo en esta venta es «salvaguardar el empleo, los puestos de trabajo». Como indican en la nota difundida entre los empleados, se pretende trasladar una opinión conjunta al resto del comité de empresa con el objetivo de solicitar a las cajas vascas representativas en el accionariado del Guipuzcoano para «que BBK y Kutxa no se limiten a obtener el lucro en esta operación, sino que exijan mantener los puestos».