Nueva Delhi impuso ayer el toque de queda en varios puntos de la Cachemira ocupada, incluida la capital estival, Srinagar, escenario de protestas por la sangrienta represión que sufre su población.

India envió refuerzos al valle de Cachemira y a la capital tras la muerte la víspera de cuatro civiles durante la represión de las protestas contra la ocupación. Un centenar de personas resultaron heridas en las manifestaciones registradas en varias localidades, especialmente en Srinagar, en contra de la muerte de estos civiles.

El toque de queda permanecerá de forma indefinida, y «durante el tiempo que sea necesario», anunció el viceministro indio de Defensa, M.M Pallam Raju, quien defendió la intervención del Éjercito para «controlar» la situación.

Denuncia contra Pakistán

Fuentes oficiales indias aseguraron que uno de sus guardias fronterizos murió el mismo martes por disparos de soldados paquistaníes.

Cachemira, de población mayoritariamente musulmana, está dividida en tres estados, India, Pakistán y China.