Una persona presa de unos 54 años apareció muerta este pasado domingo en la prisión alavesa de Langraiz. Según informó el colectivo de apoyo a personas presas, Salhaketa, la muerte se produjo «una vez más» en extrañas circunstancias sin esclarecer. «Lo más grave es que no se facilite información cuando nos hemos dirigido a la dirección del penal con ese fin», denunció Salhaketa en una nota de prensa.

Según informaciones extraoficiales que ha podido recabar el colectivo de apoyo a presos, la persona que cumplía condena en el penal alavés fue hallado muerto en el recuento de las ocho de la mañana. «Su compañero de celda parece que no se enteró de nada», añaden en la nota remitida.

Al parecer, según la información facilitada por Salhaketa, esta persona estaba cumpliendo una condena muy corta, «de unos 10 meses». A pesar de ello, «lo habían clasificado en segundo grado de tratamiento». Previamente, tal y como señaló el colectivo de apoyo a presos, había estado en la prisión de Zuera, posteriormente en la de Martutene y, finalmente fue trasladado a Langraiz por falta de plazas en Martutene.

«La muerte se atribuye a infarto de miocardio», avanzó Salhaketa, aunque aseguraron que una vez más se les ha negado la información sobre los hechos. Tras telefonear reiteradamente al director de la prisión, -la llamada la atienden en la secretaría- y después de mucho tiempo de espera «nos quedamos colgados, sin ninguna respuesta», aseguran en el comunicado.

Por su parte, fuentes de Instituciones Penitenciarias aseguraron ayer a la agencia española Efe que esta persona falleció «por causas naturales, ya que no presentaba signos de violencia». Añaden que un médico de guardia acudió a la celda, pero sólo pudo confirmar el fallecimiento, por lo que se está a la espera del resultado de la autopsia para conocer con exactitud las causas de la muerte.

Más de 30 muertos en tres años

En consecuencia, Salhaketa denunció la sistemática política de ocultismo de estas muertes hasta pasados unos días y recordaron que tienen constancia de la existencia de más de 30 personas muertas durante los tres últimos años en los centros penitenciarios ubicados en Hego Euskal Herria o con residencia administrativa en la CAV muertas en otras prisiones del sistema penitenciario español.

Para el colectivo de apoyo a presos resulta indispensable que el Ministerio Fiscal «no se inhiba» e investigue de oficio estas muertes para el esclarecimiento de las circunstancias y con el fin de depurar responsabilidades. «La inmediata reforma de la legislación penal, la reducción del número de personas presas en cada prisión, la excarcelación de las presas y presos enfermos y el fin de los régimenes de incomunicación y aislamiento» son otras de las medidas que Salhaketa reclama para acabar con estas muertes.