«El verdadero amante de la música no entiende de géneros, sino de lo interior»

Pablo CABEZA | BILBO

Con miembros de los desaparecidos Meridiam (con dos álbumes editados tanto en la península como en México) y Dragon Lord se forma en 2006 Diabulus in Musica, integrados por Zuberoa Aznárez, Gorka Elso, Xabier Jareño, los tres de la capital navarra, más Adrián Vallejo, de Barañain, y Álex Sanz Arbea, de Zizur Txikia. Atrás quedan componentes que pasaron por la banda, pero que, por una u otra razón, tomaron otro camino, como Jorge, Javi y Santi. «Creo que ahora el grupo está perfectamente consolidado y espero que por mucho tiempo», sentencia Zuberoa Aznárez, vocalista de DIM.

Usted posee formación académica clásica. Desde ese perfil siempre se ha visto el mundo del rock como música menor. ¿Existen razones objetivas para pensar así?

La verdad es que me he encontrado de todo en ambos mundos. Hay gente del clásico que no valora la música rock ni pop, tal vez porque no siempre es necesaria la calidad para triunfar, ya que a veces priman otras cosas. Es posible que esto «moleste» a la gente que tiene una formación musical. También ocurre al contrario: hay gente del rock que menosprecia el clásico porque lo considera una música fría o elitista. En ambos casos, creo que ocurren estas cosas por desconocimiento. De hecho, cuando descubren «el otro lado» muchas veces cambian totalmente de opinión y se abren a un mundo nuevo. Por ejemplo, cuando algunos compañeros de clásico se enteraban de que tenía un grupo heavy, la primera reacción era casi de risa, luego de curiosidad y posteriormente algunos cantaron en el disco e incluso participaron en el concierto-presentación y, además, les encantó la experiencia. Era muy gracioso verles menear los pelos y hacer los cuernos, pero lo disfrutaron un montón y reconocieron que nunca se hubieran imaginado que existía un estilo que pudiera fusionar enfoques para ellos tan dispares. Ahora les encanta. También ocurre a la inversa. En el concierto-presentación de nuestro disco cantamos un dueto clásico y la gente (público heavy en su mayoría) arrancó a aplaudir a mitad de la obra. Fue un momento muy bonito y demuestra que el verdadero amante de la música no entiende de géneros, sino de lo que le llega adentro.

Una de las primeras bandas heavis que fundieron clásico y rock duro fueron los italianos Rhapsody, y con gran éxito. Antes hubo otros casos como New Trolls. ¿Qué les influye más: el viejo sinfonismo de los setenta o cosas más actuales como Epica, Nightwish...?

Yo descubrí, precisamente, esta fusión con Rhapsody. El rock sinfónico de los 70 sabía que existía, pero nunca lo escuché, ya que entonces oía prácticamente sólo heavy y cuanto más rápido mejor. Rhapsody fue toda una revelación para mí, aunque luego me acabó cansando un poco el doble bombo y entonces tuve claro lo que quería hacer. Nightwish y Epica son dos bandas que me gustan mucho, pero nunca quisimos ser un clon suyo; de hecho, el camino musical que queríamos seguir lo teníamos bastante claro antes de que Epica sacase su primer disco. Digamos que era la evolución lógica para nosotros, ya que hemos crecido escuchando heavy y música clásica.

¿Cómo consiguen que un belga, Phil Van Waeyenberge, sea su mánager, además de ser el promotor del prestigioso festival Metal Female Voives Fest?

Pues no lo sé muy bien, pero algo debió de ver en nosotros. Nosotros teníamos el sueño de tocar en ese festival, digamos que fue el primer objetivo que nos marcamos, aunque sabíamos que era muy difícil ya que reciben cientos de cedés cada semana. Cuando estábamos grabando el disco, Iñaki Llarena (productor) nos mezcló y masterizó cuatro temas para moverlos antes de terminar el disco, así que decidimos enviarlos al MFVF,  a ver si sonaba la flauta. El diseño de la portada era una caja con el logo de DIM encima, así que se nos ocurrió hacer esa caja de verdad y enviarla con la demo y la bio dentro. Encontramos una caja de forma parecida a la del diseño,  la barnizamos y pintamos el logo. Nos quedó casi igual y eso es lo que enviamos. Supongo que le habría llamado la atención y tal vez por eso escuchó la demo. Un día recibimos un mail en el que no sólo nos decía que estábamos confirmados para la siguiente edición [24 de octubre de 2010], sino también que quería ser nuestro mánager y que estábamos invitados ese año a ver el festival y así nos conoceríamos. Cuando lo hicimos supimos que era la persona indicada; en este mundillo desgraciadamente hay mucho buitre y Phil es una de las personas más honestas que he conocido. Por no hablar de que prácticamente todo lo que hemos conseguido hasta ahora  ha sido gracias a él.

Bien, resulta curioso que os mezclara Ad Sluijter, desde diciembre de 2008 un ex Epica, profesor de matemáticas, fan de Depeche Mode (y del metal) y holandés. ¿Cuál es el camino hacia él y cómo dice sí ante una banda primeriza?

Es otra de las cosas increíbles que nos pasó en 2009. Un día en el estudio, dándole vueltas a lo de las mezclas, comenté que había leído que Ad acababa de dejar Epica y que le gustaba mucho el mundo de la producción. Iñaki dijo que sería buena idea contactar con él y preguntarle sobre las mezclas del coro y la orquesta, así que le envió un mail con dos temas. Yo pensaba que no iba a contestar, pero un día Iñaki recibió su respuesta. Ad decía que le habían encantado los temas y que le mandásemos las pistas, porque quería mezclar un tema de prueba, a ver si nos gustaba. La mezcla nos gustó, y además mucho, y cuando se lo dijimos respondió que si queríamos podía mezclar todo el disco. Así que imagínate, encantados. Además, no sólo ha mezclado el disco, sino que siempre ha estado ahí para cualquier cosa que pudiéramos necesitar. Sus consejos nos han sido muy útiles y creo que, además de una buena mezcla, ganamos un buen amigo.

Más nombres. Ahora un alemán: Sascha Paeth, ex Heaven’s Gate, de escaso éxito, pero músico muy afamado como productor y que con ustedes se dedica a la masterización, ¿cómo surge este nuevo paso?

Fue a través de Ad. Él dijo que de masterización no controlaba todavía mucho y que habría que pensar qué hacer. Un día chateando nos dijo que se le había ocurrido que tal vez Sascha Paeth podría masterizar el disco. En ese mismo momento cogió el teléfono y le llamó para preguntarle. Alucinamos cuando contestó que sí: Sascha es una de las personas más ocupadas que existen. Tuvimos mucha suerte de que encontrase un hueco para nosotros.

Y llega otra hora de la verdad: que un sello os contrate cuando el mundo está repleto de grupos de vuestro estilo y saturado en oferta metálica. ¿Como llegan a Metal Blade, qué ocurrió al saber que habían sido contratados?

Todo ha ido encadenado, ya que un paso no hubiera sido posible sin el otro. Pero sí es cierto que con lo de Metal Blade alucinamos ya del todo. En esta ocasión fue Phil quien contactó con ellos. En principio, les mandó dos temas todavía sin masterizar y ellos dijeron que les había gustado mucho, pero que querían escuchar el disco entero. Todavía pasaron unos meses hasta que terminamos y se lo enviamos (todo esto financiado por nosotros; ellos te pagan una cantidad que tienen ya fijada al firmar el contrato). Yo no era nada optimista, aunque me sorprendió que pidiesen el cd completo. Lo cierto es que Metal Blade ha sido y es una de las grandes discográficas de metal a nivel mundial, pero más especializada en thrash, por lo que lo último que esperas es que vaya a fichar a una banda de metal sinfónico. No lo creí del todo hasta que no tuve el contrato en la mano. Recuerdo ese día perfectamente. Primero recibimos un correo de Phil que decía que Metal Blade quería ficharnos y ese mismo día nos llegó un correo con un precontrato con los puntos básicos que luego negociamos con ellos. Pasaron un par de semanas hasta que nos llegó el contrato final impreso desde Estados Unidos, ahí es donde empecé a darme cuenta de que era verdad. Quedamos en casa de Álex (el bajista) para firmarlo y celebrarlo. No habíamos firmado tanto seguido en la vida: eran como treinta hojas por delante y por detrás. Lo grabamos en vídeo y todo.