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«La idea del festival es crear un universo teatral durante esos días»

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Itziar AMESTOY | GASTEIZ

Álex Ruiz Pastor

Director artístico del festival de teatro de Erriberri

Desde el 2008, el director de escena Álex Ruiz Pastor (Iruñea, 1963) dirige el apartado artístico del festival de teatro clásico más prestigioso de Euskal Herria, el de Erriberri. El año pasado, asimismo, fue nombrado gerente de la Red de Teatros de Nafarroa.

Hasta que en el año 2008 Álex Ruiz Pastor tomó las riendas de la dirección artística del Festival de Teatro Clásico de Erriberri esta figura no existía. Su principal apuesta fue introducir en el certamen la idea de los entornos, es decir, líneas de programación sobre un concepto teatral. Hoy comienza la tercera edición que dirige.

En esta edición, el festival se ha abierto a la escena internacional. ¿Con qué objetivo?

En los tres años que llevo en la dirección artística había presencia de compañías internacionales, pero este año sí que le hemos dedicado un poco más el foco de atención. Es por el proceso natural del propio crecimiento del festival. Ha ido progresando, evolucionando y hay espectáculos que están en el panorama internacional que tienen que formar parte del festival. En esa evolución del festival se va extendiendo hacia espectáculos más internacionales.

¿Qué espectáculos destacaría de la programación?

Hay uno que destaco personalmente porque llevo dos años intentando que esté en el festival, que es el «Macbeth» de la compañía Biuro Podrózy. Es un espectáculo que, por una parte, al ser de exterior tiene técnicas tradicionales de teatro de calle, pero a la vez tiene una dramaturgia muy potente. Tiene una carpintería teatral con una profesionalidad que no es habitual en el teatro exterior. Está ambientado una guerra mundial, muy espectacular porque tienen motos auténticas de la segunda guerra mundial y utilizan fuego. Pero además tiene un estudio del personaje de Macbeth, un planteamiento dramatúrgico y escénico muy interesante de ver desde el punto de vista de escena. Es un espectáculo muy impresionante desde el punto de vista externo, pero con mucha profundidad escénica.

¿Qué más se podrá ver?

«Fuenteovejuna», de la compañía cubana Mefisto. Es un experimento curioso, pero de los que han salido bien teatralmente. Es un Fuenteovejuna que respeta absolutamente el texto, pero, sin embargo lo pone en diálogo con la santería cubana. Curiosamente da una mezcla muy interesante. Al tratar de Fuenteovejuna, de esa rebelión popular, desde ese punto de vista de esos rituales y de esos conceptos tan arraigados, hay un contraste con el texto muy interesante. Después hay una compañía chilena y está «Interpretando a Shakespeare», con un actor irlandés que hace los textos de Shakespeare en lengua original y también los traduce y desarrolla un poco todo el procedimiento que tuvo que pasar él para desarrollar su labor creativa. También hay otra compañía mexicana. Efectivamente, el sector internacional va a tener mucha importancia en el festival.

Cuantitativamente, también se han ampliado los espacios.

Es fruto de esa propia evolución. A veces, se van necesitando por las propias características del espectáculo. Hemos abierto la pista exterior del polideportivo municipal porque necesitamos espacios externos. Necesitamos que los espacios se adecuen a las características de los espectáculos los más posible. También abrimos la plaza de la Canterería, que es todo lo contrario al polideportivo: es una plaza muy pequeña, muy recogida, que permite estar muy cerca del actor. Se asemeja a los antiguos corrales barrocos que existían en Navarra, en Tudela y en Pamplona y, por otro lado, recupera un espacio del palacio que es el jardín viejo. Por otro lado, una técnica muy contemporánea del teatro que es el specify side, tener un espectáculo diseñado exclusivamente diseñado para un espacio. Es lo que hacemos con el palacio y el Museo de Horrores Teatrales

Un espectáculo que se programa por segundo año consecutivo.

Es una cosa muy gratificante. Fue una propuesta del festival, un espectáculo que se creó para Olite 2009. Como se decía antes, por éxito de crítica y público ha sido inevitable volver a programarlo. Es un gran espectáculo en el que participan muchos equipos de profesionales y también los vecinos de Olite. Tiene mucha potencia escénica, es un recorrido por todas las las escenas más horripilantes del teatro clásico. La excusa del espectáculo son dos ancianitas que tienen un museo de los horrores en el que han recopilado figuras de cera. A partir de ahí, van explicando todas las escenas como el asesinato de Tito Andrónico, la muerte de Romeo y Julieta... Es un panorama sobre todos los clásicos teatrales muy bien hecho y con mucho valor teatral.

Después de tres años, su apuesta por los entornos. ¿Se puede calificar de exitosa?

Creo que sí. El Festival de Olite ya tenía una trayectoria larga cuando yo llegué, era un festival que tenía su nombre, pero vemos que cada año tiene una mayor difusión. Está presente en la agenda de festivales europeos con mayúsculas. El año pasado había revistas especializadas en teatro que decían que era una de las programaciones más audaces de los festivales. Es el concepto artístico de vertebrar la programación y que un festival no sea la sucesión de espectáculos, sino que tenga un sentido. La idea es que se cree un universo teatral durante esos días y y que se cree algo que sirva, no solamente para ver los espectáculos, sino para reflexionar sobre el propio hecho teatral. Es una apuesta, la de los entornos, que está funcionando muy bien.

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