La feria sanferminera ha servido, amén de otras cosas, para que Oinatz Bengoetxea y Patxi Ruiz hayan recuperado las sensaciones no tan lejanas de cuando ambos se calaron sus últimas txapelas. La última fue la más importante del delantero de Leitza, la del Manomanista de 2008, conseguida ante su paisano Abel Barriola. En caso del zaguero de Lizarra hay que retroceder un año más, para irnos hasta el torneo de Zarautz de 2007, conseguido junto a Olaizola I, ante Xala-Pascual. Los Sanmateos de 2006 han sido la única ocasión anterior a estos Sanfermines en la que esta pareja que tiene visos de repetir varias veces este verano celebró un triunfo conjunto, se impusieron otra vez a Xala-Pascual por un resultado de 22-14.

Siendo importante el volver a ganar, lo es quizá mucho más que ambos hayan recuperado sus mejores sensaciones en la cancha, especialmente en el caso de un Patxi Ruiz que ha pasado por momentos críticos, debido a sus problemas físicos de espalda. Ya en el Manomanista se le vio mucho mejor, pero especialmente estos días en el Labrit se le ha vuelto a ver gozar la pelota con ambas manos y que en la final dominó en todo momento a Iñigo Pascual.

Gran Oinatz

De todos modos, el mejor pelotari de este torneo de parejas ha sido, sin ninguna duda Oinatz Bengoetxea. El delantero de Leitza se sintió impotente ante el vendaval de Martínez de Irujo en la final del cuatro y medio, pero en los días posteriores ha rayado a gran altura por parejas.

Como venía haciendo en todo el torneo, el delantero de Leitza volvió a demostrar una excelsa defensa, que a ratos llegó a desesperar a todo un Titín III, pero es que además aprovechó la superioridad de su zaguero para terminar hasta nueve tantos con bonitos ganchos y dejadas.

Titín III había sido otra de las sensaciones sanfermineras, pero el de Tricio tuvo un día aciago en la final. Gozó de muy pocas oportunidades para entrar al remate, en las pocas que tuvo Oinatz no le dejó un solo hueco por el que hacerle daño y terminó pagando su impotencia con los jueces, especialmente en una pelota que, avanzado el partido, los jueces dieron por chapa -tras verlo repetidamente por televisión parece que acertadamente-. El de tricio se excedió en aspavientos y quejas, incluso se retiró a vestuarios, lo que le supuso que los jueces le sacasen una tarjeta negra.

En principio, Iñigo Pascual debía de ser el pelotari más fresco de todos, pero desde el comienzo el de Abartzuza dejó dudas sobre su juego y nunca pudo dominar a su paisano Patxi Ruiz. En este tesitura, a la final le faltó la emoción que había habido en los partidos precedentes, ya que desde el 2-7 inicial, la pareja de Asegarce fue muy superior y se caló la primera txapela del verano merecidamente.