GARA > Idatzia > Kultura

Josu MONTERO | Escritor y crítico

Clásicos y violentos

Clásico, musicales y calle. Ese es el teatro que nos depara el estío. Justamente hoy levantan el telón tres de los festivales de teatro clásico más emblemáticos: Olite, Mérida y Olmedo. Alguien afirmó que ese adjetivo convertido en sustantivo, «clásico», ha de reservarse para las manifestaciones artísticas que a pesar del tiempo admiten nuevas relecturas cada vez que nos acercamos a ellas. Y para eso de las relecturas no hay arte como el teatro, ya que cada vez que se pone en pie una obra, por muchos siglos que arrastre, ésta vuelve a nacer, a hacerse presente; y es misión del director que la función no se quede en un muerto viviente, un zombi, un mero regodeo arqueológico, sino en un espectáculo que nos implique, que nos hable a nosotros aquí y ahora.

Olite arranca con el «Calígula» de Camus a cargo de los valencianos L`Om Imprebis. Una compañía castellana, Nao d´Amores y una lusa Teatro da Cornucopia se unen para que Olmedo levante el telón de forma contundente con una catarsis comunal que quiere unir la Europa del siglo XIV diezmada por la peste con la del siglo XXI asolada por otros males también terribles. «Danza de la Muerte» es una danza macabra de asombroso desparpajo irreverente, lamento por la muerte y llamada vitalista al carpe diem al mismo tiempo; como la directora afirma: «No es sino la conciencia de la muerte lo que nos convierte en seres humanos». En el teatro romano de Mérida vuelve a cobrar vida «Medea» esta vez a cargo del director griego Dimitris Papaionnou y su Edafos Dance Theatre. También allí se podrá ver una «Lisístrata» peculiar porque la pacifista heroína de Aristófanes será encarnada por el actor Paco León y el coro estará formado por veinte mujeres transexuales, no olvidemos que tradicionalmente los papeles femeninos eran representados por hombres; así el director francés Jeröme Savary busca dar un nuevo sentido a esta comedia audaz y tan moderna de sexo y paz. También se pondrá en escena la versión de la «Iliada» escrita por el italiano Alessandro Baricco y que nos muestra la epopeya homérica, violenta y machota donde las haya, desde la perspectiva de mujeres de ambos bandos. Y la actriz Carme Elías, otra mujer, encarnará al semidiós que se rebela contra los Dioses y entrega el fuego divino a los mortales, por lo que es castigado cruel y eternamente; se trata de «Prometeo encadenado» de Esquilo versión Heiner Müller.

Volvemos a Olite. Uno de sus platos fuertes será un «Macbeth» cercano a Mad Max que nos traen los polacos Teatr Biuro Prodozy; música violenta, motos y fuego para sumergirnos en el horror gótico de la guerra y la sinrazón. Los cubanos Mefisto Teatro se traen una «Fuenteovejuna» pasada por los ritos de la santería, la energía, los símbolos y la música del Caribe más ancestral y popular que se rebela contra el poder; respetando el texto de Lope introducen fragmentos de Martí para crear un espectáculo sincrético y transgresor.

No nos olvidemos de Almagro, cuyo festival dura todo este mes y en el que además de 43 compañías se programan conciertos como «Góngora, Lope y Quevedo jondos» a cargo de Vicente Soto «Sordera», una exposición fotográfica del escenógrafo bilbaíno José Luis Raymond o el encuentro «La estética de la no violencia»: La violencia, su estética, su belleza, es un elemento esencial en el teatro clásico; suele ser habitual en él la crítica de la violencia a través de la propia violencia; por eso parece necesario buscar una estética de la no violencia, buscar en ella la belleza.

Imprimatu 
Gehitu artikuloa: Delicious Zabaldu
Igo