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Ramallah 2010 retrocede en el tiempo con Boney M hasta la época anterior a la intifada

Ramallah, sede de la Autoridad Palestina, retrocedió en el tiempo a los años anteriores a la ocupación israelí, con el concierto que ofreció el Boney M de Maizie Williams (hay otros tres por ahí) la noche del martes.
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Philippe AGRET-AFP | RAMALLAH

Ante un público entregado, Boney M desgranó su cóctel de éxitos internacionales -«Daddy Cool», «Belfast», «Rasputin», «Ma Baker»- dentro de la edición número doce del Festival Internacional de Música y Danza de Palestina. Entre los fans había palestinos de varias las generaciones, así como expatriados e incluso israelíes que desafiaron la prohibición oficial de viajar a los territorios palestinos. El precio de la nostalgia era además de sólo 30 shekels (6 euros), diez veces menos de lo que cuesta un concierto de rock al otro lado del muro.

Grupo antillano, pero fundado y producido en en Alemania, Boney M acumuló multitud de discos de oro y platino entre mediados de los años 70 y 80, aunque se disolvió en 1986. A partir de entonces, el nombre se convirtió en una especie de franquicia, porque cada miembro de la banda original ha girado con el nombre de Boney M por todo el mundo. El que actuó en Ramallah estaba liderado por la cantante Maizie Williams.

Entre tanto hit-parade y guiños nostálgicos no faltaron las referencias a la situación política. «¡Queremos a Palestina, os quiero a todos, gente de Palestina!», gritaba Maizie Williams entre una ola de aplausos. Y cuando el grupo cantó el himno reggae «No Woman No Cry», un espectador exclamó: «Con esta canción, tiene que haber una reconciliación entre Al Fatah y Hamas». Pero con sabiduría -o debidamente informado-, Boney M se abstuvo de cantar uno de sus grandes éxitos, «Rivers of Babylon», en el que podemos escuchar: «Yeah, we wept, when we rembered Zion» (Sí, llorábamos, acordándonos de Sión), poco políticamente correcto en la capital política de Cisjordania. Hasta el apagón que se produjo a mitad del concierto le dio el toque típico de la zona.

El Festival Internacional de Música y Danza de Palestina tiene como objetivo llamar la atención sobre el problema del acceso restringido al agua de los palestinos. Se lleva a cabo en cinco ciudades de la Cisjordania ocupada y en Haifa y finalizará el día 24 de este mes. Esperan alcanzar los 13.000 espectadores.

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