Cuando los gurús del nacionalismo español se ponen tremebundos, una no sabe si están recurriendo a la ironía o llamando a la población a desenterrar los trabucos y salvar a la patria (una vez más).

Ayer, Federico Jimenez Losantos, en «El Mundo» lo decía así de claro: «El precio de que Zapatero siga en la Moncloa hasta marzo de 2012 (...) está claro: dejar al País Vasco en la misma situación de Cataluña. Es decir, con una independencia de hecho, legalizada de facto y políticamente allanada por los dos grandes partidos, PSOE y PP, empeñados en confiar a los separatistas catalanes y vascos nuestro futuro». No me parece a mí que Zapatero tenga tan buenas intenciones pero, en fin... si lo dice Federico.

El columnista de Pedro J. Ramírez no paraba en barras a la hora de escribir sentencias casi bíblicas: «Si en poco tiempo no vemos la independencia de esos dos Estados nacionalísimos, será por algún cataclismo natural que sepulte media Península Ibérica en el mar o porque en el País Vasco se resistan a su entrega a PNV y ETA, los verdaderos interlocutores de ZP y a los que ofrece trato similar: un Gobierno PSE-PNV o un multipartito izquierdista PSE-EA-Aralar-EB y como se llame la ilegalizada Batasuna». Sería bueno que la ciudadanía pudiera elegir, pero eso a Jiménez le pone los pelos como las púas de un erizo cabreado.

Pero Federico ofrece su propia fórmula de salvación. Así nos asegura que «ni siquiera hoy, pese al terreno perdido, resistirían los nacionalistas un pacto PSOE-PP de auténtica salvación nacional (que lo sería), bendecido expresamente por el Rey (la situación es mucho más grave que el 23-F) y dispuesto a abordar una reforma de la Constitución hasta donde permiten los 2/3 de las Cortes, que es bastante, y a reconstruir el régimen constitucional, incluido un cambio del TC para despejar sus dudas, interpretaciones, recreaciones y falsificacio- nes». Creo que en vísperas del 18 de julio del 36 se escribían cosas parecidas.

El final, apocalíptico: «Zapatero no está vendiendo a los nacionalistas catalanes y vascos su independencia de la España a la que siempre pertenecieron sino que salda la nación española por lo que quieran dar los separatistas». ¡Qué miedo!