Ni que mentar Loiola fuera pecado
Iñaki IRIONDO
La resolución presentada por el PNV sobre un nuevo marco jurídico-político recogía literalmente algunos párrafos contenidos en un borrador de acuerdo alcanzado entre el PSE, Batasuna y el propio PNV en las conversaciones de Loiola de otoño de 2006. Sin embargo, es como si para los jeltzales fuera pecado decirlo, y andan imitando a Gila que consiguió atrapar a Jack el Destripador lanzando indirectas. «Alguien ha matado a alguien», decía por los pasillos del hotel Gila. «Alguien sabe ya algo de esto», comentan los portavoces del PNV. El diputado Aitor Esteban dejó caer el martes en el Congreso que «el texto dispositivo no debería resultarle extraño a la bancada socialista. ¿No les suena la letra y la música de la misma? ¿No se sienten reflejados en un espejo con imágenes no tan lejanas?». E Iñigo Urkullu apuntó ayer que el contenido de su propuesta «no es algo nuevo. Estoy seguro de que ni el PSOE ni el PSE sufren de amnesia. Estoy seguro de que saben de qué estamos hablando». Y concluyó: «Hago esfuerzos por entender que lo que antes podía ser ahora sea no con el PNV».
La cuestión es saber por qué el PNV no habla claro. Si intenta no incomodar del todo al PSOE, o pretende evitar reconocer que en una mesa en la que estaba la izquierda abertzale se fue más lejos de lo que el PNV había llegado en ninguna negociación. Y eso que los jeltzales, en lugar de acelerar, frenaban.