El ministro español de Fomento, José Blanco, acusó ayer a los controladores aéreos de haber organizado las bajas por enfermedad para presionar en la negociación del nuevo convenio y añadió que los militares están preparados para poder dirigir el tráfico aéreo.

Blanco se refirió a lo que dijo el presidente de la Unión Sindical de Controladores Aéreos (USCA), Camilo Cela, quien señaló que el problema se solucionaría con el nuevo convenio. Para el ministro, estas palabras son una demostración de que las bajas están organizadas y añadió que parece que «la enfermedad tuviera que ver con el convenio».

USCA respondió que todas las bajas están dentro de la legalidad. No obstante, el fiscal general, Cándido Conde-Pumpido, anunció que va a investigar la información que le remita Fomento sobre la baja de los controladores.

Por su parte, Blanco confirmó que los controladores militares «ya están preparados» para ocupar puestos en las torres y centros de control. Para el ministro, se les puede habilitar con rapidez, dado que ya hay algunos que realizan esta labor en los aeropuertos que son de uso mixto

Sin embargo, los representantes de los controladores militares han señalado en repetidas ocasiones que no se sienten preparados para dirigir el tráfico de aeropuertos con gran tráfico, y que la fase de habilitación puede durar semanas o meses.

Fuentes de AENA indicaron a Efe que los aeropuertos del Estado español presentaban normalidad en cuanto al trabajo de los controladores, y que los problemas de retrasos se generaron por la huelga de los controladores franceses contra la reestructuración del espacio aéreo europeo. Por ese motivo, el aeropuerto de Biarritz permaneció cerrado y en el de Bilbo se cancelaron cuatro vuelos, dos de ida y dos de vuelta, con Stuttgart y Dusseldorf. Además hubo retrasos con Munich, París y Londres. La huelga obligó también a cancelar numerosos vuelos y a cerrar pequeños aeropuertos en el Estado francés.

La mitad en Orly, cancelados

Un portavoz de la Dirección General de la Aviación Civil (DGAC) indicó a Efe que en los dos grandes aeropuertos de París «se cumplen las previsiones». Orly fue el más afectado, con un 50% de los vuelos cancelados, mientras que en el de Roissy Charles de Gaulle, el de mayor actividad del país, el porcentaje de cancelaciones era de algo menor al 20%.

Este organismo prevé que el «retorno a la normalidad» se produzca a partir de primera hora de hoy, aunque pueden mantenerse algunos retrasos.

Por lo que se refiere al nivel de seguimiento, la DGAC estima que un 30% de los controladores franceses y un 10% del conjunto del personal de aviación civil secundó el paro, aunque los organizadores calificaron la movilización de «fuerte» y advirtieron de que si la situación no cambia, convocarán otra protesta similar para setiembre.