Eritrea advierte de que Somalia podría convertirse en otro Irak o Afganistán
A un día del inicio en Kampala de la cumbre de la Unión Africana, en la que se prevé que la situación de Somalia eclipsará el resto de cuestiones a debatir, Eritrea advirtió de que este país podría convertirse en un nuevo Irak o Afganistán en caso de envío masivo de tropas extranjeras. El Gobierno de Uganda ha adoptado unas medidas de seguridad draconianas para la ocasión tras los atentados de hace dos semanas.
GARA
El envío masivo de tropas extranjeras podría convertir Somalia en un polvorín y llevar al país a una situación igual a la que viven Irak o Afganistán tras la invasión de EEUU y sus aliados, advirtió ayer el ministro eritreo de Asuntos Exteriores, Osman Saleh, quien insistió en que «sólo una solución política que incluya a los islamistas shebab puede traer la paz».
El jefe de la diplomacia eritrea realizó estas declaraciones ayer a AFP, un día antes del comienzo en Kampala, capital de Uganda, de la XV cumbre de la Unión Africana (UA), en la que se da casi por seguro que la situación de Somalia, sobre todo tras los atentados -asumidos por los shebab- que el 11 de julio causaron la muerte de al menos 76 personas en esta ciudad, centrará la cita, por encima de otras cuestiones políticas y del tema oficial de la cumbre: la mortalidad materno-infantil en África y sus consecuencias para el desarrollo del continente.
Enemigo jurado de su gran vecino, Etiopía, con el que se enfrentó en una guerra (1998 y 2000), Eritrea ha sido acusado en un informe de la ONU de prestar apoyo a los insurgentes somalíes shebab, una imputación que Asmara niega formalmente.
«Puede haber, ciertamente, elementos terroristas (en el seno de los shebab), pero cómo deshacerse de ellos? No enviando una fuerza internacional», afirmó el representante de Eritrea en la cumbre de Kampala. «De lo contrario sucederá como en Irak o Afganistán. Y el problema no está resuelto en Afganistán», agregó en referencia a la intervención militar extranjera en ese país. «Ahora dicen que se debería hablar con los talibán (en Afganistán). ¿Por qué no aquí (en Somalia)?», se preguntó, antes de añadir que habría que poner en marcha un proceso político, abierto a todos, incluso a los shebab».
Durante la cumbre, que arranca hoy en Uganda y se prolongará hasta el martes, está previsto que la UA decida el envío de un refuerzo de 2.000 efectivos a los ya 6.000 desplegados en Somalia desde 2007 como parte de la AMISON (misión de la UA en Somalia integrada por 3.500 soldados ugandeses y 2.500 burundeses). Además, Uganda pedirá que se apruebe dar un mandato más ofensivo a esta fuerza extranjera. Las autoridades de Kampala ya ha asegurado que mandará más soldados si no lo hacen otros países. Los países del este africano han pedido que se sustituya está misión por «casos azules» de la ONU, indicó Efe.
Los shebab, que pretenden imponer un Estado de corte wahabí, regido por su interpretación más estricta de la ley islámicas (sharia), dijeron buscar con su doble atentado en Kampala la salida de las tropas ugandesas de Somalia. El Ejecutivo de Uganda, que ha adoptado unas medidas de seguridad sin precedentes, sostiene que cometieron un «gran error» al atentar en su país porque «ha suscitado la movilización de la comunidad internacional». Sin embargo, el International Crisis Group sostiene que se trata de una trampa tendida por el ala más radical de los shebab, que busca internacionalizar el conflicto somalí y «provocar una reacción de la AMISOM para beneficiarse de ella, ya que si los ugandeses actúan de forma indiscriminada (causando numerosas víctimas civiles) corren el riesgo de seguir el juego a los shebab».
Así, es casi seguro que la situación de Somalia eclipse el resto de cuestiones políticas, en especial la que en otras circunstancias centraría los debates: la situación de Sudán, donde en enero se celebrará un referendo sobre la independencia del sur.
África se desangra herida por numerosos conflictos armados, algunos de los cuales serán abordados en la cumbre de la Unión Africana. Los principales son los siguientes:
Somalia. Asolada por la guerra civil desde 1991, los insurgentes shebab controlan casi todo el centro y sur del país y puntos estratégicos de la capital.
Sudán. Darfur sufre desde 2003 una guerra civil que ha dejado -según la ONU- 300.000 muertos y 2,7 millones de desplazados. La CPI acusa al presidente, Omar al-Bashir, de crímenes de guerra. El sur de Sudán organizará en enero un referendo sobre su posible independencia.
República Democrática del Congo. El este ha sido escenario de enfrentamientos armados durante más de una década. Desde 2009, el Ejército, junto a la ONU,actúa contra los rebeldes hutus ruandeses.
Burundi. Ha experimentado recientemente una ola de violencia, y la oposición boicoteó la votación de junio, en la que fue reelegido el presidente, Pierre Nkurunziza, y las elecciones legislativas del pasado viernes.
Nigeria. En el sur, los grupos armados han aumentado sus ataques contra instalaciones petroleras y empresarios desde 2006. El país es escenario habitual escenario de choques interétnicos.
Madagascar. Estancamiento político total después de 18 meses de crisis marcada por la expulsión del país de su presidente, Marc Ravalomanana. El nuevo régimen, encabezado por Andry Rajoelina, no cuenta con reconocimiento internacional.
Níger. Las elecciones generales están previstas para el 3 de enero de 2011. El general Djibo Salou, líder de la junta que derrocó en febrero a Mamadou Tandja, ha prometido devolver el poder a la sociedad civil.
Guinea Bissau. Considerado un punto de paso hacia Europa de la droga sudamericana, el país vivió en abril golpe de Estado por parte del Ejército.
Centroáfrica. El norte de este país inmerso en un proceso de diálogo, ha sido, desde 2005, escenario de numerosos ataques por parte de grupos rebeldes que buscan tomar el poder. La inseguridad ha obligado a aplazar las elecciones dos veces.
Costa de Marfil. Este territorio, dividido entre un norte rebelde y un sur leal, fue escenario de una rebelión en 2002. Las elecciones han sido postergadas seis veces desde el final del mandato de Laurent Gbagbo, en 2005.
Argelia. Desde principios de junio se ha registrado un repunte de la violencia de Al-Qaeda en el Magreb Islámico, con crecientes ataques contra fuerzas de seguridad y civiles. AFP