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Obituario | Fallece un símbolo

Fritz Teufel, con Hegel y Brecht

Fritz Teufel, símbolo de la Alemania más alternativa del 68, falleció el pasado 6 de julio en Berlín. Tenía 67 años y todavía conservaba aquel espíritu revolucionario que durante décadas marcó a varias generaciones de alemanes.

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Harry STÜRMER

Fritz Teufel ha muerto, y con él la imagen más famosa de la Alemania alternativa del 68, el autor de unas acciones que hicieron temblar al autoritarismo de la posguerra y la justicia heredera del fascismo por su cantidad de provocación, creatividad y humor. Politizado por los juicios de Ausch- witz en los sesenta, donde le costó mucho encontrar diferencias entre jueces y acusados, le preocupó, como a muchos y muchas de su generación, la pregunta de qué predisposición humana y constelación política puede llevar a tal bárbaridad, y cuál es la herencia del fascismo que cada uno de los alemanes llevamos dentro.

Al contrario de los líderes estudiantiles del SDS (organización estudiantil del partido socialdemócrata, más tarde expul- sada por agrupar a gente demasiado revolucionaria), que descubren y distribuyen los autores clásicos del marxismo leninismo, a Fritz y sus amigos les interesó más el sicoanálisis (Freud y Wilhelm Reich, entre otros). Igual que el SDS, querían denunciar las raíces fascistas del Gobierno alemán, el capitalismo y la guerra imperialista de Vietnam, pero partiendo siempre de la liberación personal.

Junto con amigos y amigas, decidieron en 1967 vivir juntos sin propiedad privada, ni material ni sentimental. Fundaron la Kommune I (inspirándose en el modelo soviético de los años de la revolución). El primer escándalo llegó cuando publicó en la prensa una fotografía en la que mujeres, hombres, niños y niñas de la Kommune I posaban desnudos. ¡Qué vergüenza!, gritaron los apóstoles de la moral, censurando las partes íntimas masculinas en los periódicos, y mirando la foto en la clandestinidad de su baño.

El primer contacto con la Justicia alemana llegó aquel mismo año para Fritz Teufel, que pasaría un total de ocho años en cárceles alemanas. A las protestas múltiples contra la guerra de Vietnam y el uso de napalm, la Kommune I dio su toque especial distribuyendo panfletos llamando a la gente a quemar los grandes almacenes. «No queremos renunciar aquí a aquella emocionante sensación que tienen los de Vietnam todos los días». Cuando Gudrun Ensslin y Andreas Baader (que formarán en 1970 el grupo de lucha armada RAF), junto a otros compañeros, incendian de noche un gran almacén en Francfort como protesta contra el consumismo y la guerra de Vietnam, la Policía detuvo en Berlín a Teufel, aunque no le pudieron condenar.

Con la siguiente detención, el 5 de abril de 1967, Policía y todos los medios de comunicación ya le tenían estigmatizado como terrorista: habría preparado con otros miembros de la Kommune I un atentado contra el vicepresidente de EEUU, Humphrey, que iba a visitar Berlín al día siguiente. Con la ayuda de un confidente y las escuchas telefónicas de la Kommune I, la Policía berlinesa habría salvado la vida del Humphrey. Los peritos de la Policía, sin embargo, se extrañaron bastante cuando constataron que la supuesta bomba no contenía más que los ingredientes para hacer un flan.

El 2 de junio del mismo año, la Berlín oficial se preparaba para ofrecer todos los honores a otro opresor y criminal de guerra, el shah Reza Pahlavi de Irán. Cuando la manifestación en contra de la visita se acercaba al Ayuntamiento, Policía y guardias secretos del shah sacaron sus porras y armas especiales contra los manifestantes. Un policía berlinés de paisano mató a tiros al estudiante Benno Ohnesorg, argumentando posteriormente durante el juicio que subjetivamente se sintió amenazado. Como es habitual, el policía fue absuelto sin pasar ni un solo día en prisión. Fritz Teufel, sin embargo, fue detenido, acusado de haber lanzado una piedra en dirección al shah. Tuvo que esperar medio año en la cárcel hasta el inicio del juicio. Con su pensamiento anarquista y antiautoritario, no se levantó cuando los jueces entraron en la Sala. Al ser amonestado por ello, terminó por levantarse con un «bueno, vale, si eso sirve para encontrar la verdad». Era ya un personaje mediático, y la frase salió en todos los medios e hizo historia.

Por otro lado, la muerte de un manifestante durante una manifestación pacífica también hizo historia. El movimiento discutió sobre la violencia y la estrategia adecuada, y se atomizó en grupúsculos ideológicos, cada uno reclamando para sí la única línea correcta. El SDS (excluido ya de la SPD), que a su vez excluyó después a la Kommune I, se disolvió. Idéntico destino tuvo la Kommune I, a la vista de que algunos de sus miembros ya sólo pensaban en hacer carrera como estrellas del pop.

Tomando como punto de referencia las guerrillas del Tercer Mundo, también en Alemania se formaron las primeras organizaciones armadas. En 1970 se constituyó la RAF, de ideología marxista leninista, y en 1972, varios pequeños grupos anarquistas se unieron en un único grupo guerrillero bajo el nombre «Movimiento 2 de junio» (Bewegung 2.Juni).

Para entonces, los medios se habían olvidado ya de Fritz Teufel y descubrieron, sobre todo, a la periodista Ulrike Meinhof, buscada por toda la Policía alemana por haber participado en la liberación de Andreas Baader y en la guerrilla de la RAF.

Sorprendentemente, la Policía detuvo en 1975 a Gabriele Rollnik, que había alquilado un local en Berlín-Kreuzberg donde el alcalde Peter Lorenz pasó unos cuantos días en el sótano, hasta que la justicia alemana liberó a varios presos y presas de la Bewegung 2.Juni, de los Tupamaros München, la Rote Ruhr Armee y a un manifestante italiano detenido en una movilización por la muerte del militante de la RAF Holger Meins. Los secuestradores del 2 de junio habían pedido también la liberación del ex abogado y miembro fundador de la RAF Horst Mahler (hoy, irónicamente, ideólogo del movimiento neonazi en Alemania), que se negó, sin embargo, a salir de la cárcel. Junto a Gabriele, la Policía detuvo a Fritz Teufel, que llevaba una pistola y un fusil recortado en su bolsa.

Policía y medios estaban felices. Enseguida supieron que él estába detrás del secuestro, descubriendo, al mismo tiempo, su sello en varios atracos a bancos, donde se repartieron entre los clientes chocolatinas y panfletos que explicaban que la expropiación no iba dirigida contra ellos.

Pasaron 5 años de prisión preventiva con muchas muestras de solidaridad dentro y fuera. Cuando, el 1 de mayo, Fritz recibió una postal con el eslogan «¡El 1 de mayo, todos a la calle!», les contestó: «Me conformo también con cualquier otra fecha». Aprovechó el juicio contra el Movimiento 2 de junio, que comenzó finalmente en 1980, para lanzar otro bombazo: durante el secuestro del alcalde de Berlín, él estaba en la cuenca del Ruhr, trabajando (eso sí, bajo nombre falso) en una fábrica en Essen. Tenía una coartada perfecta, y los jueces no tuvieron otro remedio que dejarle en libertad. «Quería desenmascarar a la Justicia», respondió a los medios que le preguntaban por qué había esperado cinco años en presentar su coartada.

Aparte de una pequeña acción en una tertulia televisiva en la que Teufel cumplió su deseo de empapar al ministro de Finanzas con una pistola de agua, el resto de su vida pasó más bien desapercibida. Vivió varios años como okupa en Londres aprendiendo a hacer pan y de vuelta a Berlín fundó un colectivo de mensajeros en bicicleta. Durante los últimos ocho años se enfrentó a la enfermedad de Parkinson.

En su última entrevista pocas semanas antes de su muerte, un periodista del «Tagesspiegel» le preguntó sobre el Parkinson y la muerte: «No es tan dramático -contestó-. La vida humana está diseñada para una cierta cantidad de años. Tengo 66 años, en otras generaciones gente de mi edad ya habría muerto o habría sido asesinada. Hay que tomarlo con humor. Además, tengo la suerte de haberme encontrado con un compañero de la Kommune I que trabaja ahora como médico homeópata. `Por qué llegas tan tarde', me dijo en la primera cita después de 40 años». Ahora, sus cenizas descansan en el cementerio de la Chauseestrasse, junto a Georg Wilhelm Friedrich Hegel y Bertolt Brecht.

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