Crónica | Jazzaldia
Kris Kristofferson trata de seducir la Donostia que lo sedujo en 1958
Kris Kristofferson volvió a visitar Donostia ayer, para actuar en el insuperable marco de la Plaza de la Trinidad, arropado por miles de aficionados del country y del rock que acudían a la cita doble con el fin de despedir la 45 edición del Heineken Jazzaldia, con el songwriter de Texas acompañando a Elvis Costello. Este último ya actuó con gran éxito en 2007 en el certamen donostiarra, donde al año siguiente acudió su mujer, Diana Krall, por lo que es casi un asiduo a la capital de Gipuzkoa.
Anartz BILBAO
Para cuando Kristofferson, de negro impoluto, con las botas desgastadas y en solitario, empuñó su guitarra e hizo sonar su voz, el espacio comprendido entre el bar Gandarias y la Trinidad estaba repleto de gente, en fila para acceder a la plaza algunos y curioseando nada más muchos.
Puntual, simpático y con la tranquilidad de su dilatada experiencia, Kristofferson saludó a Donostia e incluso llegó a bromear declarando que «no sé hablar bien castellano, ni tampoco en inglés, por lo que será mejor que me limite a cantar». Y contento de abrir para su «buen amigo Elvis Costello» cantó, al poco de comenzar su actuación, «Me and Bobby McGee» -tercer tema-, que él escribió y Janis Joplin popularizó. Según relató ayer, es además una de sus canciones preferidas.
Para entonces la Trinidad, en esta ocasión sin sillas, lucía un aspecto espléndido en su ambiente, con melómanos de todas las edades y creciente expectación para volver a escuchar a Costello.
En la Zurriola, el Escenario Verde comenzaba a ser historia -la despedida la ofrecieron The Pains of Being Pure at Heart ante once mil noctámbulos- y para las 21.00 únicamente las torres de mecanotubo que soportan las luces estaban en pie. Sin embargo, las terrazas, con trajín de paseantes, se aprestaban a despedir el Jazzaldia. La lluvia había vuelto a aparecer a media tarde pero, afortunadamente, tras la actuación de Jessye Norman en el Kursaal, que sus aficionados no olvidarán en mucho tiempo, al cierre del festival escampó en Donostia.
«Más grande que la vida»
Por la tarde, Kris Kristofferson ofreció una informal rueda de prensa en la trasera de la Trinidad, que se convirtió en un amable y ameno encuentro entre el artista, la prensa, algunos de sus más acérrimos seguidores -algunos venidos desde A Coruña- y caza autógrafos que le hicieron firmar y posar. Y según alguno de estos últimos, auténticos depredadores de los rostros más conocidos, Kristofferson, que llegó a su hotel a las 8.00 con su pareja y su hijo adolescente, ni siquiera pisó su estancia, pues se mantuvo instalado en su bus de ruta.
Kris Kristofferson, de 74 años de edad, recordó con cariño una lejana visita a la ciudad, adonde acudió en autostop y donde probó por vez primera «chipirones en su tinto», según sus propias palabras en un castellano con acento tejano. «Estaba lo suficientemente borracho como para probarlos» aclaró, pues recordaba que, en aquel entonces, «el vaso de vino costaba una peseta». Hablamos de 1958.
Estrella del country y del celuloide, el septuagenario músico estaba deseando terminar la rueda de prensa para pasear por la ciudad con su familia, pues «he hablado mucho de Donostia a mi hijo, y el también tiene curiosidad por conocerla», relató. «Seguro que no ha cambiado tanto».
De su concierto de anoche, dijo que mezclaría de una manera coherente temas de su reciente «Closer to the Bone» y éxitos anteriores, y adelantó que, tras el directo de Costello y acompañados de su gran banda, interpretarían a dúo tres canciones. Una de ellas, «I Believe in you», cuyos tonos ensayaban en las pruebas de sonido.
Viendo su buena disposición, alguno aprovechó para opinar que uno de sus temas sonaba mejor en boca de Cash, a lo que él replicó: «Johnny Cash era más grande que la vida».
Trinitate plaza: 21.00. Claudia Quintet + Archie Shepp & Mina Agossi. 24 euro. 1.537 lagun.
Kursaal aretoa: 18.00. George Benson. 28/36 euro (Sarrerak agortuta). 1.774 lagun.
Data: 2010-7-24.