Finalmente, el Parlament aprobó ayer poner punto y final a las corridas de toros en Catalunya por 68 votos a favor, 55 en contra y 9 abstenciones. La norma entrará en vigor en 2012 y si algo quedó claro ayer es que la derecha española va a presentar una dura batalla política y judicial contra esta medida. Con grandes dosis de dramatismo, los representantes del Partido Popular y sus acólitos presentaron la decisión como una auténtica crisis de estado. Genera curiosidad saber qué pensarán sus compañeros del Partido Popular europeo. Por otro lado, si tenemos en cuenta que precisamente hoy se cumple un mes desde que el Tribunal Constitucional demostrase, en este mismo escenario, dónde se sitúa la verdadera crisis del Estado español -en su negación de la pluralidad y en su falta de democracia-, la reacción del unionismo hispano resulta más comprensible. El president Montilla, que votó en contra de la prohibición, pidió serenidad y respeto a lo decidido por el Parlament. Resulta un tanto ridículo visto lo sucedido durante este último mes. Ante lo cual más de uno debió pensar aquello de «más cornadas da... el Tribunal Constitucional».