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Un trabajador de Mutriku, en huelga de hambre por sus derechos laborales

Tiene 50 años, lleva trece días sin comer e instalado en los pórticos del Ayuntamiento. Denuncia que quieren sacar a concurso su puesto de trabajo en la empresa Badesa. «Pienso seguir hasta el final», afirma.
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Amaia ZURUTUZA | MUTRIKU

Jesús Cuesta, vecino de Eibar y trabajador de la empresa Badesa, dedicada a la limpieza y dependiente de la Mancomunidad de Deba, cumplió ayer trece días en huelga de hambre en demanda del «respeto de los derechos laborales incumplidos por la empresa Badesa». Cuesta inició la huelga de hambre el pasado 16 de julio en los pórticos del Ayuntamiento de Mutriku, localidad donde desempeña su trabajo, y lugar donde se encuentra desde ese día.

En su relato a este diario, el trabajador explica que lleva en dicha empresa desde el año 2003. Entre 2003 y 2005 trabajó tanto para Badesa como para la Mancomunidad de Deba con «contratos encadenados». En 2005 ocupó una plaza en Mutriku para cubrir una baja laboral. Después de que la persona en cuestión falleciera Cuesta siguió ocupando dicha plaza hasta el día de hoy.

Después de casi cinco años en el puesto, la sorpresa para el trabajador llegó cuando hace poco la empresa decidió sacar la plaza a concurso. «Les mandé una carta avisándoles de que había un error en mis contratos y que no debían sacar la plaza adelante». Cuesta no obtuvo ninguna respuesta y se vio «obligado» a iniciar la huelga de hambre porque «tengo 50 años y si me quedo en la calle me vería sin posibilidad de encontrar otro empleo».

Afirma que por jurisprudencia el puesto de trabajo le pertenece y que en sus contratos existen «varios fraudes de ley». Ha rechazado seguir el procedimiento judicial porque «si sigo el procedimiento judicial, me darían la carta de despido, iría a los tribunales, denunciaría y todo ese procedimiento tardaría un año». Además, señala que un compañero suyo se encuentra inmerso en un proceso judicial, a espera de sentencia, y que a día de hoy todavía no ha cobrado nada. «Entonces, te estrangulan económicamente», dice.

Trasladado al hospital

«Tengo 50 años, me veo sin posibilidad de conseguir un buen empleo y llevo cotizados casi 34 años, sería como empezar de cero y empecé a trabajar a los 15 años», señala. Afirma que después de trece días se encuentra «un poquito débil, pero anímicamente estoy fuerte para seguir luchando hasta el final». El pasado domingo sufrió «un bajón» y una ambulancia lo trasladó al hospital de Mendaro desde donde más tarde volvió a los soportales.

También explica que en Eibar y Ermua, entre otros municipios, han colocado más de 2.000 carteles explicando su protesta. No obstante, «la empresa mandó a mis compañeros a retirar los carteles amenazándolos con expedientarlos si no lo hacían».

Cuando comenzó la protesta el gerente de la empresa le instó a que dejara la huelga de hambre. No han vuelto a ponerse en contacto con él. Mientras tanto, «pienso seguir hasta el final», afirma.

«SIN POSIBILIDAD»

«Tengo 50 años, me veo sin posibilidad de conseguir un buen empleo y llevo cotizados casi 34 años, sería como empezar de cero y empecé a trabajar a los 15 años», relata.

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