Maite SOROA | msoroa@gara .net
Las ocurrencias de Sánchez Dragó
No se crean que se les ha pasado el berrinche. Siguen sulfurados y algunos en plan faltón.
Fernando Sánchez Dragó, que cada día está más pirado, sentenciaba ayer en «El Mundo» que «en la Generalidad de Cataluña se ha perpetrado un parricidio, pues parricida es quien asesina a su padre o a su madre, y madre y padre de un país es la cultura forjada a lo largo de los siglos por el pueblo que en él habita». Ya ven que está pasado de rosca el tío.
Para darse ínfulas y justificar el valor cultural de las corridas, el escritor convertido ahora al budismo nos pretende convencer de que «ilustrada es la afición al sacramento, arte y paideia de la Tauromaquia, en la que estética y ética corren parejas, y cerril la actitud de quienes, con palabras de Machado, desprecian cuanto ignoran». Y encima menciona la ética. Ya les digo que se le va cada día un poquito más la olla.
En plan retórico, Sánchez Dragó se pregunta: «¿Exagero si digo que la decisión tomada por esos déspotas es el mayor atentado a la inteligencia, la sensibilidad y las Bellas Artes de cuantos a lo largo de la historia de la barbarie se han sucedido?». O sea que las corridas son ejemplo de «inteligencia, sensibilidad y Bellas Artes»... en fin. Es lo que hay en esos pagos.
Y, además, se responde a sí mismo: «Pues lo digo, porque libertad -la que ellos pisotean- es decir lo que se piensa. Otra vez han metido en la cárcel a Fray Luis. Otra vez han llevado los libros a la hoguera en la Bebelplatz de Berlín. Otra vez han matado a Federico, que ahora habría prorrumpido en llanto: el que dedicó a Ignacio Sánchez Mejías, mecenas, escritor, torero y héroe». Me parece muy bien que diga lo que piensa, pero reconozcan la lectora y el lector que Sánchez Dragó piensa melonadas.
Y, al final, propone soluciones: «Concédase unilateralmente la independencia a esa hermosa región de España que ya no quiere llevar eñe. ¿Por qué, de momento, no expulsan de la liga nacional de fútbol a los equipos catalanes? ¡Eso sí que sería un buen gol metido por la escuadra de los nuevos escuadristas y un balonazo en las partes pudendas de Laporta». Pues mira por dónde lo de la independencia parece que tiene más adeptos en Catalunya que las corridas de toros.