El alcalde de Gasteiz, Patxi Lazcoz, dio por cumplida «de manera estricta» la sentencia que declaró nula la designación de Gregorio Rojo en 2008 como presidente de Caja Vital, con la elección de Carlos Zapatero en ese cargo. El PP presentó el martes una demanda judicial para impedir el nombramiento de Zapatero, al entender que contraviene la sentencia.

Para el PP la elección fue «un episodio más de una chapuza» que «perjudica» a los intereses de la caja. Además, cree que con Zapatero, el PSE y el PNV pretenden «la fusión y el cierre de la Vital» en lugar de buscar alianzas estratégicas con las otras cajas vascas, «a través de fusiones frías» y «manteniendo la personalidad» de la entidad.

Continuista

Por su parte, LAB criticó que la elección de Carlos Zapatero «es un elemento continuista con las formas y los contenidos de la gestión llevada a cabo por el anterior presidente», que a su juicio, ha sido «negativa para los sectores populares y trabajadores». En su opinión, esa gestión antepone «intereses especulativos sobre derechos básicos como son vivienda, trabajo, educación, sanidad, tercera edad, bienestar social o cultura».

Como ejemplo, señaló el rechazo a la propuesta de LAB de ayudar con 150 euros mensuales a las personas en desempleo o en ERE y que tuvieran un crédito para la adquisición de vivienda en esta entidad, mientras hay dinero para proyectos «faraónicos».

Aralar criticó que las disputas partidistas de los «partidos que han pasado por los órganos de dirección de la caja, como el PP, PNV y el PSE», son «la imagen de la desestabilización y de la mala gestión de la Vital», aunque en la elección se abstuvo «como una carta de confianza al cambio». EA votó en blanco con la esperanza de «caminar hacia la fusión de las cajas vascas y que no se den pasos atrás en la gestión económica».