En unos últimos días donde el preparador, José Manuel Francisco, se había dejado la cuenta de paladas en el vestuario y se había puesto la bata blanca en pos de arengar a una cuadrilla con heridas de guerra, la «Bou Bizkaia» ha sabido salir a flote de un mar revuelto de dudas. Además, una vez que la niebla fina que cubría Bermeo ha escampado, parece ser que la trainera bermeana ha puesto rumbo fijo a su objetivo: la Liga.

Y la verdad es que lo ha hecho a toda máquina; redondeando un fin de semana para enmarcar, encadenando dos victorias seguidas, y haciéndose con la cuarta bandera de la temporada que irá a parar a las vitrinas del club bermeano. El capitán, José Manuel Francisco, ordenó sentar a los mismos remeros que firmaron la brillante actuación del sábado en Algorta y la tripulación vizcaina respondió con otra auténtica exhibición, marcando un tiempo que, quizás, de aquí a unos años los viejos marineros del bar del puerto de Bermeo no sean capaces de recordar, pero que sí quedará registrado como nuevo récord del campo de regatas zumaiarra.

Problemas con la baliza

Un recuperado Orio, que dominó de cabo a rabo la segunda tanda, puso el listón muy alto para los de Bermeo, aunque la cuadrilla de Joxean Olaskoaga, junto a las demás traineras que se disponían a bogar en la segunda tanda, sufrió las consecuencias de una demora que trastocó todo el calentamiento. A pesar de los arduos esfuerzos de los balizadores por alinear correctamente una de las boyas que se había movido después de acabar la primera tanda -incluso parecía que la propia regata se acabaría disputando en otra modalidad-, los remeros veían con preocupación e incluso desesperación cómo los minutos corrían y nadie tenía respuesta. Finalmente, se dio la salida a la segunda tanda con más de 20 minutos de retraso, una espera que sin duda mereció la pena. Kaiku, Orio, San Pedro y Castro ofrecieron una espectacular batalla por quién conseguía hacerse con la proa de regata y, como muestra, los tiempos de la segunda ciaboga, donde los tres botes maniobraron en un espacio de 3 segundos. A partir de ahí se impuso la fuerza y remada de Orio, quien herido por la derrota del sábado, acabó pulverizando el cronómetro, distanciando en diez segundos a un Castro que rayó a buen nivel.

Pero el plato fuerte se esperaba para el final. Emulando a los de la tanda anterior, Urdaibai, Tirán, Pedreña y San Juan se batieron en un duelo encarnizado, luchando palada por palada por demostrar quién era el más fuerte en la tanda de honor, aunque tras el paso por la segunda ciaboga, solamente resistían dos candidatos: Urdaibai y Pedreña. Los cántabros, quienes con el paso de las regatas están ofreciendo un nivel más conforme con lo que se esperaba al inicio de la temporada, brillaron en su intento de dejar atrás a los «Txo», pero los tiempos parejos marcados por Orio impedían que ningún bote se tomara un mínimo respiro. Urdaibai fue el primero en enfilar la meta tras el último giro y después de las indicaciones de Arego de, «¡Un segundo!», la cuadrilla bermeana apretó con todo hasta lograr destrozar el tiempo.