Josetxo Mandado Aguerri Responsable de Osasunbidea en ELA
Desastre en la gestión de oposiciones en el Departamento de la consejera María Kutz
A a través de estas líneas, desde el sindicato ELA queremos criticar una vez más la mala gestión en las oposiciones que genera el Departamento de Salud, sea la categoría que sea.
Este mes de agosto, el Servicio Navarro de Salud ha reconocido que tiene una sentencia en su contra del Tribunal Superior de Justicia que le obliga a computar como mérito el conocimiento del euskera en las oposiciones que están pendientes: enfermería, auxiliares de enfermería y traslado de celadores.
Desde ELA nos congratulamos por este pequeño avance en el reconocimiento de la lingua navarrorum, de nuestra propia cultura e identidad, y por la posibilidad de que profesionales de la sanidad pública puedan comunicarse con los usuarios tanto en castellano como en euskera. Sin embargo, debemos denunciar la tardanza en tomar esta decisión y la forma de hacerlo. Es conocido por la prensa que la sentencia del Tribunal Superior de Justicia obliga a baremar el euskera como mérito, y esto supone que afectará a más de 250 plazas correspondientes a la zona mixta.
En la sentencia 95/10 deja en evidencia la negligencia de la Administración pública al haber convocado plazas contraviniendo lo dispuesto en el Acuerdo de 18 de Septiembre de 2006, aprobado por el Gobierno de Nafarroa que era de obligada aplicación, por lo que los y las trabajadoras no deberían encontrarse en una situación de indefensión ni verse perjudicados por la inactividad de la Administración pública de Nafarroa.
La hipocresía del Gobierno de Nafarroa es enorme; mientras justifica la suspensión de las contrataciones como una medida necesaria para reducir los costes, no duda en malgastar dinero en apelaciones que no tienen sentido, como en este caso, cuya sentencia además condena al servicio navarro de salud a las costas procesales.
La presentación de mérito en euskera de 133 opositores y opositoras es señal de la preparación de los profesionales sanitarios y de la consideración de que la lengua puede acercar al usuario de la sanidad.
Recientemente, el consejero de Economía de Nafarroa decía en una comparecencia parlamentaria: «hay que tener la sanidad que se puede pagar». Pues debería empezar por tener una consejera capaz de organizar la sanidad navarra y que sepa rectificar y anular las últimas decisiones que afectan a este servicio público.
Lamentablemente, todo indica que lo que estamos sufriendo en Osasunbidea es sólo el principio. Además, este problema no es exclusivo de las y los trabajadores del sector público, sino que va a afectar a toda la ciudadanía, especialmente a las clases populares.
Desde el sindicato ELA denunciamos el trato dado a estos profesionales, que otra vez tienen que pasar por una nueva baremación, listas y elección de plazas. A todo este trastorno se le deben sumar las consecuencias de la movilidad de puestos, que en el peor de los casos supondrá la perdida de la plaza elegida, pero también que a quienes no se reconocieron estos méritos se les han conculcado sus derechos.