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ANÁLISIS La pretemporada de athletic, osasuna y real

Tres equipos, tres realidades, un objetivo común

Superado el ecuador de la pretemporada, el trabajo físico va quedando en segundo plano para primar aspectos técnicos y tácticos. Toca ensamblar piezas, potenciar virtudes y limar defectos, diversos para Athletic, Osasuna y Real. Puntería y resultados están acompañando a Athletic y Real en pretemporada. No tanto a Osasuna, aunque algo tendrá que decir la entidad de los rivales.

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Amaia U. LASAGABASTER

A tres semanas de que arranque la Liga, Athletic, Osasuna y Real empiezan a parecerse a lo que serán. El trabajo físico deja ya paso a aspectos técnicos y tácticos. Toca ensamblar piezas, potenciar virtudes y limar defectos, crecer en confianza o ganar el puesto, cuando no buscar en el mercado ese último refuerzo que permita levantar el telón liguero con la convicción de que los objetivos son factibles.

Diferentes, en el caso de los tres equipos vascos, como también lo son las lecturas que ofrece la primera mitad de la pretemporada para cada uno de ellos. Caparrós sigue dando vueltas con las bandas, Camacho confía en que sus hombres aprendan por fin a cerrar los partidos, mientras que Lasarte pide velocidad acorde a la nueva categoría.

El del Athletic es el verano más atípico de los tres. Aunque sólo sea porque Caparrós puede contar con los dedos de una mano los días en que ha podido contar con su equipo al completo. Mundial, Europeo sub19 o incluso amistosos internacionales han acortado las vacaciones de algunos jugadores, además de haberles impedido -lo sigue haciendo- trabajar junto a sus compañeros.

Con los que han podido completar la pretemporada, Joaquín Caparrós ha intentado buscar la solución al que se ha convertido en uno de sus quebraderos de cabeza en los últimos tiempos, las bandas. En la izquierda, la competencia crece. Acabada su cesión, Balenziaga se une a Koikili y Castillo en la pelea por el puesto, pero la respuesta a las necesidades del técnico puede pasar por un chaval de 18 años. Jon Aurtenetxe, que en junio se proclamaba campeón de la Copa juvenil. En la derecha no hay quien tosa a Andoni Iraola, pero el usurbildarra no es incombustible. Descartada la opción de Iban Zubiaurre -cedido al Albacete- y la de Ander Murillo, aunque de momento entrena con el equipo, Caparrós se debate entre otro cachorro, Jonás Ramalho o la posibilidad, ensayada en Wolverhampton, de retrasar a Óscar de Marcos.

Donde por ahora no hay motivo de preocupación es en la faceta goleadora. Con Fernando Llorente ausente prácticamente todo el verano, el Athletic ha sido capaz de marcar en todos sus amistosos. Once dianas en cinco encuentros -con una sola derrota- para siete goleadores, incluyendo a Ibai Gómez e Igor Martínez, los dos fichajes rojiblancos.

Tampoco es el aspecto que más parece preocupar en Osasuna, pese a que sólo ha podido marcar tres goles en 360 minutos y ninguno de ellos ha llevado la firma de los delanteros. Ninguno de esos tantos, además, ha servido para conseguir la victoria. Preocupación menor, la de los resultados, por su nulo valor y, sobre todo, porque en el verano osasunista no ha habido sparrings. El Betis ha sido el único equipo de categoría inferior al que se ha enfrentado el conjunto navarro.

Las derrotas, sin embargo, sí dejan traslucir una de las preocupaciones de José Antonio Camacho, que ya la pasada temporada lamentaba los lapsus que tan caros le costaban a su equipo. A Osasuna le cuesta cerrar los partidos.

A cambio, los rojillos han ofrecido una imagen muy competitiva en sus bolos veraniegos. No fueron capaces de mantener sus ventajas ante Betis y Zaragoza, pero tampoco se vinieron abajo cuando Bolton Wanderers y West Bromwich Albion se adelantaron. De hecho, y pese a la desigualdad física -la Premier arranca el próximo sábado-, Osasuna ha ofrecido su mejor cara en las segundas partes de su minigira inglesa.

Al mismo lado de la balanza se sitúan las buenas sensaciones que han ofrecido las incorporaciones osasunistas salvo Lekic, todavía lejos de lo que se espera. Podrían no ser las últimas, porque Camacho sigue esperando un lateral, pese a contar con Etxaide, Oier y el recién llegado Damià.

También sigue esperando refuerzos Martín Lasarte, aunque con el buen sabor de boca que está dejando la pretemporada txuriurdin no parecen imprescindibles. No es una cuestión de resultados, que hay que relativizar ante la entidad de los rivales, sino de las sensaciones que está ofreciendo el equipo.

Sobre todo en el aspecto ofensivo, en el que Imanol Agirretxe y Borja Viguera -cuya cesión parecía casi segura hace un mes- plantan cara al mismísimo Joseba Llorente. Al que se suma un Paco Sutil que no parece recién llegado de Segunda B y al que, en breve, se unirán Antoine Griezman y Raúl Tamudo, que el pasado sábado ya disputó sus primeros minutos con la camiseta blanquiazul.

Del catalán, como de Llorente, se espera que aporte goles, pero también experiencia. Y es que la Real estuvo muy por encima de sus rivales en Segunda y destila optimismo este verano, pero el próximo 29 de agosto se convertirá en un recién llegado, repleto de gente joven y jugadores que nunca han competido en Primera. Esa falta de experiencia y la adaptación a la sexta marcha que se imprime en la máxima categoría son las principales preocupaciones de Lasarte que, a cambio, destaca la «piña» de su vestuario, todavía con la inercia del ascenso.

En definitiva, tres equipos, con situaciones diversas, virtudes y defectos variados, diferentes necesidades, pero un solo objetivo. Sumar sus tres primeros puntos el próximo 29 de agosto.

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