El Gobierno ruso anunció la semana pasada la suspensión, a partir del próximo domingo, de las exportaciones de cereales debido a la grave sequía que afecta al país. Aunque en un principio aseguraron que la suspensión se alargaría hasta finales de este año, el Ejecutivo anunció después que podría revisar dicha medida en octubre. Según el Gobierno, la sequía ha destruido ya un 20% de los cultivos, concretamente se han perdido ya más de 10 millones de hectáreas, espacio que supera la superficie de Portugal. Asimismo, el Ejecutivo ha declarado el estado de emergencia en más de una veintena de regiones. Según apuntan varios medios, la sequía que asola el país es la más dura desde que empezaron a recopilarse datos hace 130 años.

«Considero conveniente imponer una prohibición provisional a la exportación de cereales y otros productos agrícolas», dijo el pasado jueves el primer ministro ruso, Vladimir Putin, quien aseguró que la medida provisional respondía a «las inusuales altas temperaturas y la sequía» que afectan a más de una veintena de regiones, tanto en la parte europea del país como en Siberia, donde no llueve desde principios de junio. Asimismo, afirmó que la suspensión de las exportaciones busca impedir un aumento de los precios en el mercado interior y, al mismo tiempo, mantener en su actual nivel el número de cabezas de ganado.

Putin ha asegurado que el Estado se encargará de distribuir en aquellas regiones más afectadas por la ola de calor el grano necesario y que destinará 890 millones de euros en ayudas a los productores de cereales afectados por la sequía.

La suspensión afecta al trigo, centeno, cebada, maíz y a la harina de trigo y centeno, pero no al arroz. No obstante, algunos analistas consideran que el precio del arroz, el cereal más consumido del planeta, ascenderá en cuanto aumente su demanda a causa de la suspensión. Los países a los que dejará de suministrar Rusia son, entre otros, Egipto, Israel, Irán, Turquía, Líbano y Siria. Además, según informó la agencia rusa Ria Novosti, Rusia comunicó su decisión a los otros dos países que integran la Unión Aduanera, Kazajistán y Bielorrusia, y les solicitó que también suspendan sus propias exportaciones.

No obstante, el presidente kazajo ya ha asegurado que la cosecha de cereales del país centroasiático será previsiblemente de «nivel alto» y se ha mostrado convencido de que, gracias a las reservas de 2009, Kazajistán exportará grano este año.

Tercer exportador mundial de trigo

En cuanto Rusia anunció su decisión los precios de los cereales a nivel internacional experimentaron importantes subidas, concretamente, las mayores alzas en dos años. Incluso días antes del anuncio, cuando el presidente de la Unión Cerealista de Rusia sugirió la posibilidad de que las autoridades rusas suspendieran las exportaciones de grano los precios comenzaron a ascender. Por su parte, expertos rusos han opinado que se podría haber ahorrado dicha medida, pero que Putin ha optado por la estabilidad del mercado interno de cereales con el fin de evitar el descontento popular.

Rusia es uno de los mayores productores mundiales de grano. Concretamente, y según el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (EEUU), actualmente es el tercer mayor exportador de trigo detrás de la Unión Europea (UE) y Canadá. El año pasado la cosecha total de grano alcanzó los 97 millones de toneladas, de las cuáles exportó alrededor de 21,4 millones.

No obstante, el viceministro de Agricultura revisó recientemente a la baja las previsiones de cosecha de este año, hasta entre 70 y 75 millones de toneladas, frente a las 90 previstas. Peor aún, el Instituto Meteorológico de Rusia (IMR) pronosticó una cosecha de 67 a 70 millones de toneladas, por lo que la cosecha disminuiría un 30%. Además, según el IMR «por desgracia, prácticamente no habrá lluvias en agosto», por lo que la caída de la producción de grano y otros productos agrícolas podría ser aún mayor. Al respecto, el pasado lunes el ministerio de Agricultura volvió a rebajar el pronóstico hasta los 60 o 65 millones de toneladas. Con este último dato, la cosecha disminuiría un 38% respecto al año anterior.

En este sentido, Putin, que ha reconocido que las necesidades del país ascienden a 78 millones de toneladas de cereales, aseguró que éstas se verán satisfechas gracias a los 9,5 millones de toneladas del fondo de intervención y a los 21 millones almacenados de otros años.

Subida de precios

Las consecuencias del anuncio ruso no se han hecho esperar causando un alza de los precios en los mercados internacionales. El pasado jueves el precio del trigo en el mercado de Chicago en EEUU, el más grande del mundo, experimentó subidas superiores al 8% que llevaron al cereal a marcar un precio por «bushel» -medida de 27,3 kilos- de 7,8575 dólares, su nivel más alto en 23 meses. Aparte del «rally» experimentado por el precio del trigo, otros cereales como el arroz y el maíz también registraron subidas en el mercado de futuros. En este sentido, el precio de los futuros de trigo se ha revalorizado en EEUU alrededor del 85% desde junio, la mayor subida en cerca de cuarenta años. En Europa, el precio del trigo ha aumentado más de un 12% hasta los 236 euros.

Asimismo, varios medios han apuntado a que la suspensión va a provocar fuertes aumentos de precios en artículos de consumo diario como el pan, la harina o la cerveza.

Política Agraria Comunitaria europea

Por su parte, las organizaciones agrarias del Estado español Asaja, COAG -a la que pertenece el sindicato agroganadero vasco EHNE- y UPA pidieron el pasado viernes, tras el anuncio ruso, mecanismos de regulación para el mercado de los cereales en la UE, mientras que Cooperativas Agro-alimentarias consideró que no habrá desabastecimiento. Antonio Catón, miembro de Cooperativas Agro-alimentarias, destacó a la agencia Efe que en las últimas semanas se ha producido un incremento de los precios de los cereales porque Rusia «se ha quedado fuera» del mercado. Aunque reconoció que existe temor por la falta de trigo en una parte del mundo, afirmó que las existencias mundiales son altas.

No obstante, Donaciano Dujo, miembro de Asaja, pidió «prudencia» a los agricultores y que tengan la máxima información sobre cómo están los mercados «para que no haya intermediarios que se lleven el beneficio». Según Dujo, en los últimos años el precio de los cereales no ha cubierto en muchos casos los costes de producción y el incremento registrado en la últimas semanas no debe servir como especulación para que los intermediarios suban la cotización de la alimentación del ganado de «manera abusiva». Asimismo, solicitó que haya sistemas de intervención y control en la Política Agraria Comunitaria (PAC) en la UE «para que no existan estos altibajos en los precios de los cereales» y para que haya «mayor» estabilidad para el productor y los consumidores.

Por su parte, Alejandro García-Gasco, de COAG, indicó que en estas semanas se ha producido un repunte de los precios de los creales en el Estado español, lo que es una «clara realidad» de cómo influyen las bolsas internacionales en el sector. Para García-Gasco esta situación también demuestra el «error cometido» con la reforma de la PAC al desmantelar las medidas públicas de intervención del mercado de cereales, por lo que pidió que se recuperen para evitar la especulación y para que se vuelva a garantizar la viabilidad y rentabilidad de la agricultura. Asimismo, aseguró, al igual que Dujo, que a pesar de la subida de los precios, los agricultores siguen sin cubrir los costes de producción y que «es erróneo dejar la alimentación en manos de las decisiones que se puedan tomar en la Bolsa de Chicago o en un país tercero». También Julio López, miembro de UPA, consideró que existe «incertidumbre» en el sector y que tendría que haber mecanismos de regulación en la PAC para que no hubiera desestabilización de los precios y «especulación por parte de los operadores».

Crisis alimentaria del 2008

Aunque el anuncio ruso ha evocado la crisis alimentaria que se produjo en 2008 y que provocó disturbios en algunos países, la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) ha asegurado que los problemas de Rusia no deberían afectar a la seguridad alimentaria mundial. Entre 2007 y 2008 una escasez se convirtió en la peor crisis alimentaria mundial en treinta años al prohibir Rusia, Argentina, Vietnam, la India y otros las exportaciones mientras que los importadores de otros países como Egipto o Arabia Saudi se dedicaron a comprar movidos por el pánico. Aquel año, el precio de los futuros de trigo alcanzó los 13,345 dólares en Chicago, una cifra que sigue establecida como el máximo histórico para ese cereal en el mercado de futuros estadounidense.

Será relevante asimismo, la meteorología en los seis próximos meses, cuando los suministros pasen a depender de Australia y Argentina que recogen sus cosechas en diciembre.