«Al principio, parecía que estábamos en Galarreta»
CAMPEÓN MUNDIAL DE CESTA PUNTA
Iñaki Osa Goikoetxea ya cuenta con ocho títulos individuales de cesta, una cifra realmente espectacular y con la que a buen seguro hará historia en esta modalidad, sobre todo si se tiene en cuenta que acaba de cumplir treinta años y que aún tiene mucha carrera por delante.
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El pasado domingo, el zumaiarra sufrió para superar a un gran Mikel Egiguren que contó con un 10-14 a favor, pero el campeón le dio la vuelta a la tortilla en la segunda parte.
El pasado domingo se comprobó que para ganar una txapela hay que sufrir mucho.
Yo ya sabía que Mikel iba a salir con fuerza y que el encuentro iba a resultar muy duro. Yo traté de aguantar al inicio para que el marcador se mantuviera igualado y él no se distanciara; y luego, ya con la pelota más viva, hacer una tacada e intentar ganar el partido.
¿Cómo se sentía en ese instante en el que Egiguren se colocó con un 10-14 a favor?
Yo me sentía bien físicamente y sabía que quedaba mucho partido, por lo que lo mismo podía haberme quedado en doce que llegar a treinta. Dependía mucho de ver quién acertaba en el tramo final, ahí yo anduve mejor y me llevé la victoria.
¿Dónde cree que residió la clave?
Al inicio, su pelota nueva era de escapada y yo no podía dominar. Yo restaba de revés para ver si el material cogía vuelo, pero no acertaba, seguidamente empecé a ponerme de derecha, evitaba así que Mikel se sintiera cómodo y cuando la pelota se puso viva, yo traté de sacar largo y rematar con rapidez.
Usted anduvo muy inspirado a la hora de finalizar con las dos paredes.
Bueno, al inicio eché un par de dos paredes desde atrás y se marcharon fuera, pero posteriormente sí que hice varios tantos y traté de moverle para que se cansara.
¿Cómo vio a su rival?
Muy bien, Mikel juega de maravilla la single y es un contrario duro. De hecho, ya se vio que, pese a la diferencia final, el choque estuvo muy peleado.
¿Qué tal se sintió en el Olabe, donde disputó su primer partido como profesional?
El frontón es raro, y con la pelota de Mikel, que era de escapada, parecía que más que jugar a cesta estábamos en Galarreta, sobre todo al principio. Luego, cuando su material se puso más natural y más vivo, yo también lo saqué y, por lo demás, el frontón, pues bien.
¿Le vino bien el ensayo que efectuó el jueves anterior en Gasteiz?
Sí, porque así ya supe más o menos lo que me esperaba y cómo debía reaccionar si me venían las pelotas de escapada. Yo saqué unas naturales, que eran adecuadas para este frontón, y más o menos ya sabía de antemano lo que tenía que hacer.
Ya lleva ocho títulos individuales, pero supongo que uno nunca se cansa de ganar.
Uno no se cansa nunca de esto, sobre todo cuando vas sumando triunfos. Estoy muy contento por el logrado el domingo y a ver si el año que viene puedo estar en esta misma situación.
¿Qué tiene de especial para usted esta victoria?
Yo diría que todas las txapelas tienen el mismo sabor, haber ganado ésta me proporciona mucha felicidad y a ver si en el futuro puedo conquistar muchas más.
Esta txapela se queda en casa del padre, ¿verdad?
Sí, todas las txapelas van para allá y, además, este triunfo quiero dedicárselo a mis padres.
A su hermano le tocó ver el partido desde Florida, ya que ahora está compitiendo en Fort Pierce.
Así es. Seguro que todos los de Miami se juntaron en el hotel para ver el encuentro en directo y también quiero saludar a todos los que están allí.
Llegaba a la final tras haber jugado tres partidos en 48 horas, ¿notó esta circunstancia?
No, porque el último fue el miércoles y hubo tiempo para recuperar, al igual que ahora, puesto que tras el festival de San Juan de Luz tendré la oportunidad de descansar.
Y sigue en muchos frentes.
Sí, todos los torneos son importantes y mientras esté ahí arriba yo me sentiré muy feliz.