Para mi estilo, para mi visión del cine», declaró Welles a Cahiers du Cinema, «el montaje no es sólo un aspecto: es el aspecto. El concepto de `dirigir' una película es un invento de críticos como ustedes. No es un arte, o, en el mejor de los casos, es un arte sólo un minuto al día. Ese minuto es terriblemente crucial, pero se produce muy raramente. El único momento en que uno es capaz de ejercer control sobre la película, es en el montaje. Las imágenes por sí mismas no son suficientes. Son muy importantes, pero sólo son imágenes. Lo esencial es la duración de cada imagen y lo que sigue a cada imagen: lo que otorga al cine toda la elocuencia es lo que se gesta en la sala de montaje». De ese gran desconocido, del montaje, le habla Walter Murch al escritor Michael Ondaatje (autor del «El paciente inglés») en el libro «El arte del montaje. Una conversación entre Walter Murch y Michael Ondaatje», de Plot ediciones. Se conocieron durante el rodaje de «El paciente inglés», de Anthony Minghella; Murch editaba la cinta que más tarde le generaría uno de sus tres premios Óscar. Walter Murch, además de ser una pieza clave en la evolución del cine americano, es entre otras cosas el responsable de la recuperación de la versión original de «Sed de mal», versión que reelaboro basándose en el memorando de 58 páginas que dejó escrito Orson Welles. Responsable de los montajes de las mejores películas de Coppola (la saga de «El Padrino», «Apocalypse Now»...), Murch acaba de «ensamblar» la última cinta del director italoamericano, «Youth without youth».

La intensa y estimulante conversación que mantienen Murch y Michael Ondaatje, habla del fascinante y desconocido mundo de una profesión crucial dentro de la industria cinematográfica. El trabajo de un montador contribuye en gran medida al éxito o al fracaso de una película. Murch explica cuál es la relevancia del encuadre, la importancia subliminal del sonido, por qué un plano ha de ser escogido para determinado fin, cuál es el momento oportuno en el que cortar... La posproducción es una de las fases claves en la elaboración de una película, y de ella depende el resultado final de un proceso como el cinematográfico. Las técnicas de montaje, se convierten en todo un «lenguaje», y transforman al montador en una especie de cirujano al servicio de la historia. Las anécdotas y las explicaciones que transcribe Ondaatje, hacen que esta conversación se traduzca en una lectura amena tanto para expertos como para profanos en la materia. El arte del montaje merece dejar de ser un desconocido.