«Killers» es la película más cara de cuantas ha hecho la productora independiente Lionsgate, que se ha gastado en esta comedia de acción 75 millones de dólares. La inversión ha ido destinada a tratar de competir con títulos taquilleros de los grandes estudios, con la mirada puesta en «Sr. y Sra. Smith». El gancho comercial de la pareja estelar que forman Brad Pitt y Angelina Jolie, es reemplazado por Ashton Kutcher y Katherine Heigl, que no son tan caros, y también salen en la revistas de vez en cuando.

El realizador asutralino Robert Luketic consigue sacar adelante el simulacro cinematográfico durante la primera media hora, a base de imitar el look suntuoso de la saga Bond o de aquellas elegantes realizaciones clásicas de Htichcock o de Donen que Hollywood rodaba en la Costa Azul.

El pretexto argumental de la introducción, viene dado por la presencia allí de una joven heredera norteamericana, que está de vacaciones junto a su familia intentando recuperarse de un desengaño amoroso. Pero, en cuanto la chica conoce al héroe de sus sueños, que resulta ser un asesino a sueldo, se lanza a una loca carrera que no lleva a ninguna parte, por tratarse del consabido y rutinario compendio de persecuciones, tiroteos y explosiones. Para que todo resulte políticamente correcto, los guionistas se encargan de aclarar que los cadáveres que van dejando a su paso son de gente prescindible perteneciente a la escora de la tierra.