Conociendo a Sylvester Stallone, no es difícil intuir que la intención de su proyecto «The Expendables» siempre ha sido la de convertirlo en una rentable y, sobre todo, duradera saga. Otro «Rocky « o «Rambo» con el que retirarse con el riñón bien cubierto. Lo de la reunión de las viejas glorias del cine de acción violenta de los años 80, lo ha utilizado como un reclamo porque, el equipo de mercenarios que capitanea en la ficción, cuenta con unos miembros fijos, que son principalmente Jason Statham y Jet Li, los cuales podrían ser vistos como sus continuadores actuales. Le ha fallado el elemento afroamericano, un Wesley Snipes que se enfrenta a una posible pena de cárcel a cuenta de las cuentas pendientes con el fisco.

Los famosos de antaño, los Chuck Norris, Jean-Claude Van Damme y Steven Seagal, enseguida se dieron cuenta de que no iban a ser más que relleno dentro de la función. Y, de hecho, los que han dicho sí tienen pequeñas intervenciones como invitados, simples cameos. Es el caso de Arnold Schwarzenegger y de Bruce Willis. El único veterano que tiene más papel es Dolph Lundgren, considerando que Mickey Rourke o Eric Roberts no son exactamente represantivos del género, sino más bien del mercado del formato doméstico en general.

La cuestión era formar un nutrido grupo de mercenarios, aunque el termino original en inglés es más preciso en cuanto a su definición y hace referencia a los prescindibles, a los combatientes sacrificados en pos de un objetivo militar. Es de suponer que Sylvester Stallone ha tenido en mente para realizar «The Expendables» a la biblia del cine sobre mercenarios, que no es otra que «Los perros de la guerra», una irrepetible obra maestra del género realizada en 1980 por el artesano británico John Irvin.

Una película como aquella sería hoy en día impensable, sencillamente porque rebasaría de largo los límites de la actual corrección política. Stallone ha intentado preservar, no obstante ,el realismo y la brutalidad de las escenas bélicas, a través de la justificación que lleva implícita una misión encaminada a derrocar a un dictador que controla el narcotráfico en una isla sudamericana.