El espectacular crecimiento de la economía alemana, el mayor desde la reunificación en 1990, ha conseguido que el Producto Interior Bruto (PIB) europeo, tanto el de la zona euro como el de la UE, se haya incrementado en un 1% en el segundo trimestre del año, consolidando una recuperación aún muy frágil.

Estos datos, facilitados ayer por la oficina estadística comunitaria, Eurostat, son bastante mejores que los del primer trimestre, cuando el PIB creció apenas un 0,2%, y presentan un escenario de cuatro trimestres consecutivos en positivo. En términos interanuales, el PIB ajustado estacionalmente se expandió un 1,7%, tanto en la zona euro como en el conjunto de la Unión, después de subir un 0,6% y un 0,5%, respectivamente, en el trimestre anterior.

De esta forma, la economía europea se comportó mejor que la de Estados Unidos en el mismo periodo, cuando el PIB estadounidense se elevó un 0,6%.

Brecha entre estados

El crecimiento, en cualquier caso, no ha sido uniforme en el conjunto de la UE, y algunos expertos ya advierten de las consecuencias de que unos estados se alejen mucho de otros en la consolidación de la recuperación económica y de la brecha que se pueda abrir entre sus rentas.

Así, además de la locomotora alemana, cuyo crecimiento del 2,2% ha pulverizado las previsiones que auguraban un 1,3% de subida, las recuperaciones más importantes se registraron en Lituania (2,9%), Estonia (2%), Eslovaquia (1,2%) y Suecia (1,2%).

Los números del Reino Unido también fueron notables, con una subida del 1,1%, frente al 0,3% del trimestre anterior. La economía holandesa creció un 0,9%, la del Estado francés un 0,6% y la de Italia, un 0,4%.

Peor le fueron las cosas al Estado español, que de abril a junio apenas creció un 0,2%, cinco veces menos que la media europea, por tanto, y aún acumula una caída interanual del 0,2%.

En Grecia, por otra parte, la recesión se ha agravado tras implementar las medidas impuestas por el FMI y la Unión Europea, y ha sufrido una bajada trimestral del 1,5%.

Para la CE, «prometedor»

En su valoración de los datos del Eurostat, el portavoz de Asuntos Económicos de la Comisión Europea (CE), Amadeu Altafaj, señaló que estos «van más allá de las expectativas del mercado», y valoró que ese 1% es una cifra «prometedora». A pesar de ello, advirtió de que «la recuperación es todavía frágil», ya que «hay elementos de incertidumbre que no se tienen que ignorar».

En este sentido, expresó su deseo de que los estados sigan desarrollando estrategias para abandonar los planes de estímulo fiscal puestos en marcha al inició de la crisis, aunque con un enfoque diferenciado en función de la situación de cada uno. De hecho, si bien algunos estados pueden permitirse seguir incentivando sectores de su economía, insistió en que otros como el Estado español, Portugal, Grecia, Reino Unido y Dinamarca, este margen no existe.

Quienes ayer estaban exultantes eran los mandatarios alemanes. El ministro de Economía, Rainer Brüderle, declaró que la recuperación de la economía de su país «se está confirmando como mucho más fuerte de lo que muchos hubieran creido posible hace poco tiempo». Según los últimos cálculos de la Oficina Federal de Estadística, citados por la agencia Efe, el PIB interanual de Alemania ha aumentado en el segundo trimestre un 4,1%, mientras que el año pasado la economía alemana registró un retroceso del 4,7%.