CRíTICA Quincena Musical

Una batuta mágica para los más pequeños

Mikel CHAMIZO I

El viejo Batu y su amiga Notatxo, hecha de corcheas, son dos seres melómanos que viven dentro de una maleta que viaja de estación en estación, lugares de paso que ellos llenan con la magia de la música surgida de la batuta de Batu. La historia, en realidad, carece de importancia, pues no es más que una excusa para acercar a los chavales más jóvenes los encantos de la música, no sólo clásica, mediante una sucesión de números visualmente preciosos diseñados al ritmo de temas de Handel, Mozart, Elvis Presley o Louis Armstrong, entre otros. Fue la propuesta de la Quincena Musical para los niños más chicos en su Jornada Infantil, y los peques, salvo alguno que se asustó con la oscuridad del local, prestaron muchísima atención y se dejaron llevar hasta el final por las vicisitudes de la extraña pareja de marionetas. El mérito es de Taun Taun Teatroa, que con “Batuta” ha logrado una producción visualmente muy atractiva. La escena del baile de corcheas del que finalmente surge Notatxo, o la parte del pentagrama luminoso y elástico que iba formando diversas figuras, fueron de una belleza hipnótica. Otros momentos, como el dúo de saxofones cantarines o el baile de unas botellas que toman forma humana, fueron creados con técnicas de marionetas más tradicionales pero con resultados igualmente buenos y, sobre todo, divertidos. Enganchar a los niños con un espectáculo musical puede ser muy fácil o muy difícil, y Tan Taun supo hacerlo el viernes mucho mejor que Els Comediants, que ocupaban la sala grande del Victoria Eugenia con “Allegro Vivace”, del que daremos buena cuenta mañana.