La llamada Comisión de Reconciliación y de Lecciones Aprendidas establecida por el Gobierno de Sri Lanka para investigar los abusos cometidos durante los últimos siete años de conflicto entre el Ejército y la guerrilla de los Tigres de Liberación de Tamil Eelam (LTTE) ha recibido el testimonio de civiles tamiles que denuncian violaciones de derechos humanos por parte de los militares.

La comisión, creada por orden del presidente ceilanés, Mahinda Rajapaksa, es la respuesta del Ejecutivo de Sri Lanka a las demandas de una investigación independiente por los presuntos crímenes de guerra, y está controlada por las autoridades.

«Mi marido fue secuestrado y obligado a subirse a una furgoneta blanca el 4 de setiembre de 2008 por individuos no identificados. No hay ninguna información sobre él», declaró con lágrimas en los ojos Umakanthan Naguleshwari. Otros testigos han denunciado la implicación directa del Ejército en la represión.

La comisión ha comenzado esta semana a recoger testimonios en la región de Vavuniya, una de las zonas que estaban bajo control de la guerrilla tamil. Allí, decenas de miles de civiles tamiles fueron trasladados por el Ejército a campos de concentración, donde permanecieron retenidos

Sinnasamy Nallathambi, otro testigo, instó a las autoridades a ayudarle a localizar a su hijo, secuestrado también por individuos que lo introdujeron en una furgoneta blanca nada más ser liberado de la custodia policial.

Grupos de defensa de los derechos humanos sostienen que miles de civiles fueron ejecutados en la última fase de la ofensiva militar contra la guerrilla, algo que Colombo niega.

Sabharathnam Sudharshini relató cómo el Ejército se llevó a su marido en mayo de 2009 y cómo desde entonces no ha tenido oficialmente noticias de él. Sólo ha podido localizarle gracias a la Cruz Roja, por lo que pide a las autoridades su puesta en libertad. En respuesta, el presidente de la comisión, C.R. De Silva, afirmó que remitirá una solicitud al comandante del Ejército para que investigue el caso.