Oddin Week Festival, allá donde el teatro se volvió ciencia
Desde el pasado día 12 hasta el 20 de agosto se celebra en la ciudad danesa de Holstebro, el Odin Week Festival, un encuentro anual organizado por el Odin Teatret, el legendario grupo fundado en 1964 por Eugenio Barba, que a través de su Antropología Teatral revolucionó la concepción de este arte. Un encuentro que promete satisfacción constante, cuyo objetivo no es sólo la representación, sino la investigación para afrontar los grandes retos de la creación teatral.
Carlos GIL |
Cuenta Eugenio Barba que su presencia en esta pequeña ciudad del noroeste danés, se debió a la voluntad de un alcalde que había sido cartero y que le ofreció la posibilidad de instalarse con su grupo, Odin Teatret, que había fundado en Oslo. Corría el año 1966, y existía una corriente de nacionalismo pan-escandinavo, por ello se llamó Nordisk Taeterlaboratorium/Odin Teatret. Ahora sus miembros pertenecen a una docena de países de tres continentes.
Lo que empezó como algo incomprensible para muchos de los ciudadanos de esta pequeña localidad, mantenido gracias al arrojo de aquel alcalde que entendió que facilitando el marco para que jóvenes artistas de todas las disciplinas pudieran desarrollarse, su ciudad iba a crecer y fomentar desde la cultura una recuperación económica, es una realidad incuestionable, ejemplar. Escultores, coreógrafos, músicos, pintores, fijaron aquí su residencia y el Odin Teatret irradió así un mensaje de esperanza a la comunidad teatral universal.
Al llegar a la sede del Laboratorio, se siente una extraña sensación de penetrar en un santuario, en un lugar desde donde se han puesto en la práctica los paradigmas más importantes que han hecho evolucionar el teatro occidental en las últimas décadas. Aquí se hizo realmente un teatro laboratorio, un equipo de trabajo creativo cuyo objetivo no es únicamente el productivismo, la representación, sino la investigación, el desarrollo de nuevas técnicas para afrontar los grandes retos de la creación teatral, especialmente desde el trabajo actoral.
La historia de Eugenio Barba y su Odin Teatret es fructífera, tanto en sus creaciones artísticas, 81 espectáculos que han sido representados en 63 países y contextos sociales diferentes, como su aportación troncal en la teoría y la práctica. Sus libros han marcado un tiempo, han sido traducidos a decenas de idiomas, sus talleres, encuentros, laboratorios diseminados por todo el mundo, especialmente desde la creación de ISTA (Internacional School of Theatre Antropology) -una auténtica universidad itinerante-, han servido para ir creando focos por todo el mundo que parte de una misma idea sobre la función del teatro.
Este Odin Week en el que estamos, es una acción más de reafirmación, de retroalimentación, y ayuda a que jóvenes de todo el mundo puedan asistir a clases teóricas, pero sobre todo prácticas, se sumerjan en el mundo del Odin, entrenen con sus actores, convivan, puedan visitar su hemeroteca, su biblioteca, su videoteca, y puedan presenciar media docenas de los espectáculos que mantiene la compañía en repertorio.
Sesenta personas, entre actores actrices, directores, profesores, críticos, estudiosos y escritores provenientes de cuatro continentes, están presentes. Babel sin interferencias. Todos se entienden, todos quieren entenderse. Todos absortos ante las primeras palabras de Eugenio Barba, ante las técnicas de voz de Julia Vearley. Todos conviviendo en una antigua granja convertida en un espléndido complejo formado por cuatro salas de ensayo y exhibición, las oficinas de administración, el Archivo del Odin, el Centro de Documentación y Estudio, con los espacios necesarios para acoger confortablemente a todos los participantes, procurando la organización crear el ambiente propicio para el trabajo, la comunicación, la convivencia formativa, creativa, casi mágica.
En el encuentro quedan muchos días para poder ir descubriendo mayores complejidades. La presentación conjunta de todos los participantes es respondiendo a dos únicas cuestiones, ¿a qué te dedicas y desde cuándo conoces el Odin? Allí los veteranos sufrimos el calambre de la memoria, del tiempo, de aquel verano de 1969 en que descubrimos una propuesta de teatro muy diferente en un festival universitario parisino.
Representación
Presenciamos una representación de «Andersen´s Dream», espectáculo bello, profundo, divertido, fragmentario, caótico pero a la vez coherente, una suerte de compendio, una enciclopedia de las nociones de lo que se ha ido buscando. Una escenografía realmente envolvente, significante, vinculante, potente; los cuentos de Andersen revisitados, pero como el trabajo forma parte de un homenaje, su figura está presente en sus pesadillas. Los actores interpretan, bailan, cantan, tocan instrumentos. En esta ocasión hablaban en danés, pero también se escuchaba el inglés o el italiano. Imágenes realmente contundentes; el inquietante oscuro total, al que estamos tan poco habituados, la iluminación como elemento discursivo, la maquinaria convertida en una pieza dramatúrgica más, como los elementos de atrezzo, las máscaras...
Un torrente de teatralidad, canalizado por un equipo ejemplar en su dominio espacial y corporal, su entrega, su compromiso con la propuesta. Un gran espectáculo, que ofrecieron no solamente para los participantes al encuentro sino también para el público en general. Gran trabajo, visto aquí, en la matriz de todo, en una de sus salas, la roja, para que quede marcado el momento del inicio de una experiencia que promete satisfacción constante.