CRíTICA Chillida-Leku
Sofia Gubaidulina, una de las grandes compositoras actuales, en la Quincena
La compositora tártara Sofia Gubaidulina, una de las más prestigiosas voces de la música contemporánea, llega a Donostia con motivo de los homenajes que le dedica esta semana la Quincena Musical. Serán dos conciertos dedicados a su música, protagonizados ambos por el acordeonista donostiarra Iñaki Alberdi, además de la presentación de un DVD con toda su obra para piano, acto que contará con la presencia de la propia Gubaidulina.
Mikel CHAMIZO |
La Quincena Musical dedicará en los próximos días una parte de su programación a Sofia Gubaidulina, para muchos la más grande compositora viva de nuestro tiempo. Esta misma tarde la Orquesta Filarmónica de Liverpool e Iñaki Alberdi interpretarán en el Kursaal, a las 20.00 horas, el concierto para acordeón titulado «Bajo el signo de Escorpio». Mañana la sala Kubo acogerá la presentación de un DVD sobre la obra para piano de Gubaidulina, que contará con la presencia de la compositora y un recital con su música a cargo de Ricardo Descalzo. Y el domingo, Iñaki Alberdi volverá a ofrecer música de la autora y de Johann Sebastian Bach en un programa titulado «GuBACHdulina», en el Museo Chillida-Leku de Hernani.
Nacida en Cistopol en 1931, en una de las zonas geográficas más pobres de la URSS, Tartaria, Sofia Gubaidulina pasó en su niñez grandes penurias económicas, pero en Kazán, donde vivió y estudió hasta los 23 años, pudo nutrirse, en compensación, de una gran variedad de referentes culturales tanto europeos como asiáticos: «Kazan -recuerda Gubaidulina- era uno de los centros más cercanos a la frontera donde las minorías de la población del Imperio ruso podían encontrar refugio, y por lo tanto llegó a ser proporcionalmente rica en artistas e intelectuales». Gubaidulina se alimentó de este cruce de culturas y en los inicios de su carrera escribió varias obras muy influenciadas por el folclore y la improvisación, pero se encontró con que su estilo no era bienvenido por las autoridades soviéticas: «La razón radicaba en el hecho de que toda nuestra música era un nada bienvenido fenómeno de libertad, de libertad interna de la personalidad. La mayoría de los compositores estaban, consecuentemente, inertes y aislados en su creatividad particular. Y ningún otro trabajo demanda una cantidad semejante de horas diarias de aislamiento, de desprendimiento...». Este confinamiento en su propio mundo interior fue lo que llevó a Gubaidulina a la asociación entre música y espiritualidad, tan característica en sus creaciones: «Según fui creciendo -recuerda la tártara- la música se convirtió en la única sustancia que me permitía vivir y existir. Toda mi vida era gris y sólo me sentía bien cuando cruzaba la puerta de la escuela de música. En ese momento podía encontrarme con un espacio sagrado».
La música de Gubaidulina debe su éxito a la franqueza expresiva que emana de un mundo interior fascinantemente rico. A pesar de su clara adscripción al cristianismo ortodoxo ruso, en su música los rasgos específicos de la doctrina pasan a un segundo plano para erigir una construcción simbólica de un valor espiritual universal, de marcado misticismo, que hace que las buenas interpretaciones de su música sean experiencias religiosas de enorme intensidad. Razón por la que algunas de sus obras, como «Las Siete Palabras de Cristo en la Cruz» u «Offertorium», han encontrado un lugar permanente en el repertorio de las mejores orquestas.
Tras una carrera de moderado éxito en los circuitos soviéticos, Sofia Gubaidulina empezó a ganarse la admiración del público occidental a finales de los años ochenta y, desde entonces, ha recibido infinidad de encargos por parte de orquestas e instituciones de medio mundo. Al igual que otros compositores rusos, emigró a Alemania en 1992. Actualmente, esta creadora vive en Appen, cerca de Hamburgo, y sigue componiendo a sus 78 años de edad.
Si el primero de los dos conciertos que ofrecerá la Filarmónica de Liverpool, el de hoy, estará dedicado a Dimitri Shostakovich y Sofia Gubaidulina (el acordeonista Iñaki Alberdi será el solista de «Bajo el signo de Escorpio»), el segundo, el previsto para mañana, se centrará en dos de los compositores recordados esta edición en sus respectivos aniversarios, Frédéric Chopin, del que se cumple el bicentenario de su nacimiento, y Gustav Mahler, en el 150 aniversario de su nacimiento. Participarán como solistas la pianista Sa Chen y la soprano Simona Saturova. GARA