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Jesús Uzkudun Illarramendi Responsable de Salud Laboral y Medio Ambiente de CCOO Euskadi

Contra el aumento de las hipoacusias por ruido

¿Hasta cuándo seguirán los Servicios de Prevención sin comunicar o favorecer la tramitación de las decenas de miles de hipoacusias o sin plantear al empresario la obligación de realizar inversiones y adoptar medidas organizativas para reducir la exposición ruidosa?

Si durante el año 2007 el CEPROSS (registro de enfermedades profesionales) recogía 551 hipoacusias o perdidas auditivas por ruido laboral como enfermedad profesional que afectaba a otros tantos trabajadores del Estado español, en 2008 esta cifra ascendía a 790 y en 2009 a 1.415 en el conjunto del Estado, de las cuales el 78,88% eran reconocidas a trabajadores vascos. Perdidas auditivas producidas por la exposición laboral prolongada a ambientes ruidosos superiores a 80 dBA y que, como resultado de la acción sindical y en particular de CCOO Euskadi, comienzan a aflorar frente a la pasividad u ocultación de la mayoría de los médicos de los Servicios de Prevención, a pesar de ser perfectos conocedores de esas lesiones tras el reconocimiento médico preventivo.

Como consecuencia, durante el 2009 las mutuas se han visto obligadas a pagar más de 2.500.000 euros en concepto de indemnización a las personas afectadas, con rango de lesiones permanentes no invalidantes y con un baremo que oscila entre 1.010 y 2.990 euros. El Gobierno de Rodríguez Zapatero mantiene congeladas esas indemnizaciones desde el 2005, mostrando un enorme desprecio a las victimas de accidentes de trabajo o enfermedades profesionales.

Igualmente, crece el número de personas afectadas que reclamando audífonos como prótesis a cargo de la Mutua, para mejorar una calidad de vida que se ha visto deteriorada por la pérdida auditiva.

Las 1.009 personas con hipoacusias reconocidas durante los siete primeros meses de este año indican que lograremos un fuerte incremento en reconocer esta enfermedad profesional, mayoritariamente sin baja, pero no por ello sin importancia, al afectar la comunicación y relaciones sociales de los trabajadores con familia y compañeros. Además, está probado que el ruido daña el sistema cardiovascular, causa estrés, acúfenos, aumenta el riesgo de accidentes y supone un serio peligro para las mujeres embarazadas.

Estas hipoacusias reconocidas representan tan sólo una pequeña parte de las pérdidas auditivas realmente existentes entre la población laboral. Los Servicios de Prevención son perfectos conocedores de esa realidad, aunque mayoritariamente la ignoran, sin promover la reducción del ruido laboral más allá de la protección individual.

¿Hasta cuándo seguirán los Servicios de Prevención sin comunicar o favorecer la tramitación de las decenas de miles de hipoacusias o sin plantear al empresario la obligación de realizar inversiones y adoptar medidas organizativas para reducir la exposición ruidosa? ¿Qué número de hipoacusias es necesario reconocer para que Inspección de Trabajo u otras instituciones reaccionen frente a este déficit preventivo?

CCOO de Euskadi continuará con su actividad de hacerlas visibles y lograr la indemnización a los afectados, actividad por la que ya fuimos galardonados el 2005 por la Agencia Europea, para mejorar la cultura, los planes de prevención de empresas y los derechos de los trabajadores y trabajadoras.

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