La Audiencia Nacional española ha fijado una condena de 7 años y seis meses de prisión para los cuatro jóvenes de Barakaldo que recuperaron la libertad el pasado 30 de abril, y contra los que la Fiscalía española solicitó en el juicio celebrado el pasado 8 de marzo 33 años de cárcel para cada uno de ellos, acusados únicamente de haber atacado un cajero automático en febrero de 2008. Se trata de los jóvenes Sendoa Jurado, Unai Frías, Jon Villanueva y Asier Gómez de Salazar, que fueron detenidos por la Ertzaintza y la Policía española ese mismo año y que permanecieron dos años encarcelados.

Tal y como ha podido saber este diario, el tribunal especial de Madrid emitió la semana pasada la sentencia condenatoria contra los cuatro jóvenes vizcainos que, ahora, ha sido recurrida ante el Supremo español. Los cuatro jóvenes estaban acusados de supuestos delitos de «integración en organización terrorista», de «incendio terrorista» y de «tenencia de aparatos y sustancias incendiarias y explosivos», todo ello en base a un sabotaje a un cajero automático.

«Incendio terrorista»

La Fiscalía española, además, mantuvo la exigencia de una condena de 33 años de cárcel para cada uno de los jóvenes -una elevadísima petición sin precedentes hasta ahora-, así como de una indemnización de 35.559,37 euros al Banco Bilbao Vizcaya Argentaria, por los daños que ocasionó el sabotaje de aquel 8 de marzo de 2008.

Ahora, sin embargo, el tribunal especial español ha absuelto a los cuatro jóvenes de los delitos de «integración en organización terrorista» y de «tenencia de artefactos incendiarios y explosivos». No obstante, los cuatro han sido condenados por un delito de «incendio terrorista en grado de tentativa» a siete años y seis meses de prisión.

El juicio contra Jurado, Frías, Villanueva y Gómez arrancó el pasado 8 de marzo y la representante del Ministerio Público español, Teresa Sandoval, sustentó la petición de 33 años de cárcel para cada uno en que «existió un peligro abstracto para una multitud de vecinos», en referencia a los residentes del inmueble en el que se situaba el cajero incendiado.

Los cuatro jóvenes, sin embargo, mantuvieron desde el principio su inocencia, y durante el juicio incluso aportaron pruebas fotográficas de que cuando se produjo el citado ataque se encontraban celebrando los carnavales del barrio bilbaino de Santutxu.